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Ayer se estrenó en salas cinematográficas del país el nuevo filme de Disney Pixar

Valiente más que feminista es familista, dicen realizadores

Cuenta la historia de Mérida, ”una princesa escocesa alejada de los arquetipos clásicos”, señalaron el director Mark Andrews y la productora Katherine Sarafian, en entrevista

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Mérida tiene que confiar en sus habilidades para enmendar el error que cometió
 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de julio de 2012, p. 7

Ayer llegó a la cartelera cinematográfica del país la nueva película de los estudios Disney Pixar, titulada Valiente, uno de los estrenos más esperados del verano. La cinta está dirigida por la dupla integrada por Mark Andrews y Brenda Chapman, bajo la producción de Katherine Sarafian y el guión escrito –además de Chapman y Andrews– por Steve Purcell e Irene Mecchi.

Valiente cuenta la historia de la princesa escosesa Mérida, quien desafía las costumbres de su pueblo para cambiar su destino. Mérida es hija del rey Fergus y de la reina Elinor. La joven princesa desacata la antigua y sagrada tradición de los señores de la Tierra: el enorme lord McGuffin, el hosco lord Macintosh y el cascarrabias lord Dingwall, al negarse a contraer matrimonio con alguno de sus hijos.

Las acciones de Mérida desatan el caos y la furia en el reino, cuando se vale de la brujería para cambiar el rumbo de su destino. Su error la llevará a descubrir el significado de la valentía, virtud que necesitará para deshacer la maldición que conjuró.

En entrevista con La Jornada, el director de la cinta, Mark Andrews, y la productora Katherine Sarafian, dijeron que en Valiente querían mostrar a los niños, niñas y a todo el público que el personaje medular de la historia no es perfecto, que comete errores y que no puede esperar que alguien se los resuelva: ella tiene que confiar en sus habilidades, en este caso la arquería, para enmendar el error que cometió. Mostarle al público que las equivocaciones forman parte de la vida y que hacen crecer cuando se resuelven.

Andrews y Sarafian contaron que para hacer esta película de animación se tardaron seis años en la realización: Contar la historia de la relación de hija y madre era difícil, porque Mérida está en la adolescencia, y esa edad es complicada. En esta historia queríamos tomar la relación central entre la madre y la hija y ponerlas en un contexto de conflicto importante: un reino al borde de la guerra debido a una decisión que tomó la princesa adolescente, y que ésta fue determinante para bien y para mal. Así que integramos estos elementos: un reino en riesgo, una familia extendida, los jefes de los clanes inconformes con el comportamiento de la princesa... Queremos mostrar cómo la protagonista tiene varias opciones de entre las cuales debe tomar elecciones.

Consideraron que la princesa Mérida no tiene nada que ver con las princesas tradicionales: Las películas de Pixar no pretenden encajar con otras historias; siempre comenzamos todos los proyectos desde cero. Que Mérida sea una princesa es lo que menos importa; lo que importa es cómo es su corazón y cómo resuelve los problemas a los que se enfrenta. Creamos este personaje a partir de la idea de que si era una princesa corríamos el peligro de quedarnos atrapados en los arquetipos de lo que todos piensan que debe ser una princesa, y eso nos hubiera limitado. Partimos de la idea de crear un personaje y de la travesía que emprende, de su valentía de lo que tiene que aprender; después le agregamos complicaciones, en este caso el daño irreversible que puede sufrir el reino. Además, Mérida no es el tipo de niña que quiere ser o vestir como princesa.

Sobre si es una película feminista para niños señalaron: “No la planeamos así, no la pensamos como feminista; es más familista. El mensaje no es que las mujeres estén en una posición de poder, porque ellas también se equivocan como todo mundo, todos tenemos algo que resolver. Es la familia la que tiene que unirse para resolverlo, Mérida tiene que confiar en su familia, ella es fuerte como personaje y tiene que sanar el lazo familiar que rompió. Además, los personajes masculinos que aspiran a Mérida sí son tontos, pero por otra parte ellos tampoco quieren casarse, también los están forzando. Todos están luchando por dirigir sus destinos y desean que se les respete para que elijan ellos mismos”.