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La feminista recibió, al igual que Eduardo Galeano, el Premio Amalia Solórzano

El mundo político de AL guarda silencio sobre despenalizar el aborto: Marta Lamas

Desde sus trincheras, los galardonados luchan por la cultura, dijo Cuauhtémoc Cárdenas

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Marta Lamas y Eduardo Galeano (al centro), flanqueados por Salvador Jara, Ofelia Medina, Marcelo Ebrard Casaubon, Cuauhtémoc Cárdenas, José Narro Robles, Juan Gelman, Miguel Ángel Mancera y Adolfo Gilly, en el Palacio de MineríaFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Jueves 25 de octubre de 2012, p. 5

En el mundo político de América Latina, que debate distintos problemas de la democracia, se guarda silencio sobre la despenalización del aborto, planteó la feminista y antropóloga Marta Lamas al recibir el Premio Amalia Solórzano de Cárdenas 2012, y agregó: Los demócratas latinoamericanos no asumen la importancia de que las mujeres tengan el control de sus cuerpos, pese al claro vínculo entre democracia, libertad personal y tolerancia de creencias.

La directora de la revista Debate Feminista criticó que los ciudadanos electos como nuestros representantes, representan cada vez menos la diversidad de personas y a veces la discusión política se vuelve un sistema vacío de contenido. Ella habló durante una ceremonia en el Palacio de Minería la noche del martes, en la que también fue reconocido el escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien de igual modo habló sobre las mujeres latinoamericanas, como se publicó ayer en La Jornada. Aquí la reseña completa de la ceremonia, ya sin las presiones del cierre de edición.

El DF, isla de libertades

Marta Lamas compartió la mesa con Galeano y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, ex candidato presidencial y presidente del Centro Lázaro Cárdenas y Amalia Solórzano, que por segunda vez otorga el premio, entregado el año pasado a Luiz Inacio Lula da Silva, ex presidente de Brasil.

En la mesa estaban, además, el poeta Juan Gelman, la actriz Ofelia Medina, el historiador Adolfo Gilly, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard; el jefe de Gobierno electo, Miguel Ángel Mancera; el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro, y el rector de la Universidad Michoacana, Salvador Jara.

Lamas se refirió a la importancia de las figuras del general Lázaro Cárdenas del Río (1895-1970) y de su esposa, Amalia Solórzano (1911-2008), a quien de manera simbólica mencionó como la madre de todas nosotras, las feministas.

Agregó que el feminismo que suscriben es un modelo de crítica cultural que va de la mano de intervenciones en la política real, con diversos momentos concretos a partir de los años 70. Había que tener objetivos radicales, pero métodos reformistas, y había también que mantener unidas la teoría y la práctica.

Coincidió con Ofelia Medina en señalar que tal vez el logro más sonado ha sido la despenalización del aborto en la ciudad de México, en 2007, en el cual participaron diversos grupos sociales. En América Latina, recordó, sólo Cuba, Puerto Rico y Guyana habían logrado ese avance, y apenas hace unos días Uruguay, aunque con limitaciones, pese a tener un gobierno de izquierda.

Mencionó las presiones de la jerarquía católica en El Salvador, Nicaragua, Chile, Honduras y República Dominicana para prohibir totalmente el aborto. La capital mexicana es una isla de libertades, señaló.

El aborto remite a la raíz del problema: mujeres y hombres somos iguales como seres humanos, pero distintos como sexos. Y rechazar la instrumentación de las mujeres como medio de reproducción, requiere la existencia de un derecho fundamental que corresponde exclusivamente a nosotras: que la maternidad sea voluntaria.

Cuauhtémoc Cárdenas dijo que el premio se concede a quienes se han entregado a causas que benefician a la humanidad e impulsan el progreso mundial, como la independencia de las naciones, la defensa de la soberanía, el mejoramiento de los pueblos indígenas, la paz, la lucha contra la marginación social, la democracia, los derechos ciudadanos, la integración latinoamericana, la solidaridad internacional, la educación, la ciencia y la cultura.

Nuestros premiados de hoy incursionan en su labor cotidiana, desde las distintas trincheras en las que ejercen sus actividades, en prácticamente todos esos campos. Ellos han dado y siguen dando contribuciones valiosas a las causas con las que han tomado compromiso de vida, como fue el caso en su momento y circunstancia de Amalia Solórzano y de quien con ella compartió vida, esfuerzos e ideales: Lázaro Cárdenas.

Ofelia Medina, quien llamó a soñar que este 2012 es el inicio del fin de una era patriarcal intrusiva, destacó de Marta Lamas sus méritos en el trabajo, la lucha por la igualdad de género y la defensa de los derechos humanos, así como contra la marginación y las exclusiones sociales. Cuando Medina recordó que la galardonada se ha consagrado a lograr el derecho a la interrupción legal del embarazo en el país, los presentes aplaudieron.

Juan Gelman resaltó que, con libros como Las venas abiertas de América Latina, Memoria del fuego y el reciente Los hijos de los días, Eduardo Galeano es el escritor más leído de Latinoamérica, aunque él nunca se jacta de ese éxito. La cualidad más ardiente de Galeano es su valentía intelectual. Es la voz poderosa de los que no son escuchados, la voz de los oprimidos y explotados, de los marginados. Él, agregó, tiene la virtud de descubrir la grandeza de las pequeñas cosas, la grandeza de la llamada gente común.

El rector José Narro dijo que los motivos de las luchas de Lula, Lamas y Galeano continúan presentes, por lo que el premio Amalia Solórzano existirá mientras no se solucionen los problemas de justicia y libertad.