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Rubén Szuchmacher dirige la puesta que se presenta en el CCB

Sin caprichos ni libertades montan Viejos tiempos de Harold Pinter
 
Periódico La Jornada
Domingo 31 de marzo de 2013, p. 4

No soy un director caprichoso, no trato de ponerme adelante; por lo general busco el dispositivo para que el espectador pueda recibir el material, expresa el argentino Rubén Szuchmacher, quien dirige Viejos tiempos, de Harold Pinter, puesta en escena que se monta en la Sala Xavier Villarrutia del Centro Cultural del Bosque (CCB). Trato de ser lo más pinteriano posible, lo cual es muy difícil, acota.

Escrita en 1970 y montada el año siguiente, la obra cuenta con las actuaciones de Rosa María Bianchi, Laura Almela y Arturo Ríos. La escenografía es de Alejandro Luna.

Szuchmacher ya había dirigido Polvo eres, de Pinter, en 1997, en su país. Llamó a Viejos tiempos como “uno de los grandes clásicos del siglo XX, con un peso muy fuerte aun dentro de la obra de Pinter. Del periodo en cuestión, es una de sus grandes obras, junto con Traición, La vuelta al hogar y La fiesta del cumpleaños”.

–¿Qué caracteriza la obra del premio Nobel de Literatura 2008?

–En que uno nunca sabe qué pasa exactamente. Todo el tiempo obliga al espectador a preguntarse qué pasó. Todo el tiempo plantea que la realidad no es lo que parece, habla de eso sin decirlo, está en la estructura formal de las obras.

“O sea, están construidas de tal manera que uno duda todo el tiempo. Eso hace Pinter: es un fenómeno del arte contemporáneo, es profundamente contemporáneo. Es, quizás, uno de los autores que más se aleja del realismo y al hacerlo genera que el espectador tenga que sacar su conclusión.

Yo no tapo lo que él dejó abierto, que es la tentación de muchos directores, explicar. No, se trata de cómo lograr que el espectador tolere estar y gozar algo que no entiende. Ese es el gran secreto de hacer a Pinter. Estoy en ese camino, no sé si lo voy a lograr totalmente, pero me lo propuse.

–¿Eso le da libertad como director?

–No, al contrario, como director jamás me siento con libertad. En el momento en que uno elige un material es como casarse, se compromete; entonces, a partir de allí hay que seguir esa pista. Hay algo que tiene que ver con mi existencia, subjetividad, que, por supuesto, va a estar allí. Pero trato de que mi subjetividad quede de lado. Para mí, los directores son caprichosos cuando se imponen a los materiales que trabajan.

Viejos tiempos se hace con el apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes y DE la asociación civil Laboratorio de Artes Escénicas, Arcos Caracol, que dirige la actriz Rosa María Bianchi, quien invitó a Szuchmacher a dirigir la obra.

Bianchi suele viajar a Argentina y ver mucho teatro. Ya había visto en México un montaje de Szuchmacher en el Centro Universitario del Teatro. Tenía muchas ganas de meterme en el mundo de Pinter, apuntó. También el reto que significa decir, no sé cómo se hace, pero vamos a abordarlo.

Alejandro Luna coincidió en señalar que la obra de Pinter encierra la ambigüedad en grado extremo. Afirmó: La ambigüedad me gusta; sería incapaz de decirle al público cómo es el castillo de Hamlet, algo que no le importaba a Shakespeare para nada.