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Legitimar su gobierno, la razón: expertos

Justifica libro los viajes que hizo Maximiliano en su breve imperio
 
Periódico La Jornada
Domingo 31 de marzo de 2013, p. 5

Ni turísticos ni frívolos, como incluso lo han planteado algunos historiadores. Los numerosos viajes que Maximiliano de Habsburgo efectúo durante su breve imperio de México –poco más de tres años– respondieron a una visión de estadista y tuvieron claros fines políticos.

Así lo sostiene el historiador Konrad Ratz, quien señala que los más de 200 días que ese personaje europeo dedicó a recorrer diversos puntos del país estaban inscritos dentro de su programa de gobierno.

El fin primordial de esos viajes era la legitimación de su gobierno, conocer su imperio y darse a conocer a sus futuros súbditos, agrega el especialista austriaco, quien comparte la autoría del libro Los viajes de Maximiliano en México (1864-1867) con su colega mexicana Amparo Gómez Tepexicuapan.

Editado por la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), dicho volumen, de reciente aparición, profundiza en ese poco estudiado aspecto de la historia nacional y de la vida del emperador.

“En esta investigación (los autores) se proponen analizar cómo los largos periplos de Maximiliano se inscribieron en su proyecto político de la ‘regeneración’ de México; es decir, la creación de ‘instituciones sabiamente liberales’, tal como el archiduque lo había anunciado en su discurso de aceptación del trono, el 10 de abril de 1864”, según se apunta en el libro.

De acuerdo con Ratz, Maximiliano buscó legitimar el nuevo régimen que encabezaba siguiendo dos modelos para él muy importantes: el de su tío bisabuelo, el emperador austriaco José II, y el de su tío, el archiduque Juan de Austria, los cuales lograron gran popularidad en su patria a partir de realizar intensos viajes.

Otro aspecto que destaca el estudioso fue el empeño que el emperador puso desde el primer viaje en cumplir su promesa de crear instituciones liberales para México.

Entre otras medidas, precisa, esto lo hizo mediante golpes de Estado, los cuales consistieron en sustituir de forma sistemática cangrejos, como se llamaba a los o conservadores, por liberales.

La reconstrucción de estos episodios fue posible gracias a que la prensa mexicana de aquella época, como El pájaro verde y El diario del Imperio, hacían la cobertura de los viajes del emperador, además de que éste rendía testimonio de los mismos en la correspondencia que intercambiaba con su esposa, la emperatriz Carlota.

Durante la presentación de este libro, la también historiadora Patricia Galeana afirmó que desde un principio Maximiliano fue consciente de que no podía gobernar desde el Castillo de Chapultepec, y así en 1864 hizo su primer viaje para ganarse simpatías y el apoyo para el gobierno, con intereses económicos y un proyecto social muy interesante.

Ese contacto directo con la gente, apuntó, le permitió conocer la miseria en la que vivían, y viven, los campesinos mexicanos, y también la postración en la ignorancia, la dominación del clero, entonces tomó una serie de acciones surgidas de esos viajes y se constituyeron en proyectos legislativos.

Alguno de esos proyectos fueron de gran importancia, como la educación gratuita y obligatoria, además de crear la beneficencia pública y ordenar que los decretos fueron traducidos al náhuatl, enfatizó Patricia Galeana.