Opinión
Ver día anteriorSábado 15 de junio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Debate sobre el desarrollo
L

a Organización de Naciones Unidas convocó en 2000 a una reunión en la que participaron 189 representantes de Estado, quienes acordaron acciones para garantizar la dignidad, la igualdad humana y el desarrollo económico y social. Se firmó entonces la Declaración del Milenio, en la que se señalaron ocho metas mundiales, a las que se denominó Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que deberían ser alcanzados antes de 2015. Durante los 10 años que siguieron, se dio seguimiento a los trabajos encaminados a su realización. En 2010, durante la reunión plenaria de alto nivel sobre los ODM, se pidió al secretario general de la organización que hiciera recomendaciones relacionadas con la agenda posterior a 2015.

Para 2012, un comité conformado para esa tarea entregó las primeras sugerencias. Proponen que la agenda post 2015 se construya con base en tres principios: derechos humanos, igualdad y sostenibilidad. Y sobre cuatro dimensiones centrales: desarrollo social incluyente, sostenibilidad ambiental, desarrollo económico incluyente y seguridad y paz. Posteriormente se creó el Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes para la Agenda de Desarrollo, con la finalidad de revisar y consensuar una primera visión y forma de la agenda. Este grupo lo encabezan los mandatarios de Liberia e Indonesia y el primer ministro del Reino Unido.

En marzo de 2013 entregaron sus aportes. Compartieron que de acuerdo con su perspectiva y con los intercambios de experiencias en diversas regiones, deben realizarse en el mundo cinco cambios fundamentales, entre los que destacan: terminar con la pobreza y no sólo reducirla; la construcción de la paz mediante instituciones eficaces y abiertas para todas las personas, y colocar el desarrollo sustentable en el centro de posibles nuevas alianzas entre los países. De los cinco cambios propuestos se desprenden 12 objetivos que pueden conformar la agenda post 2015. Cabe subrayar que este grupo de personas eminentes señaló que el progreso sin precedentes que según ellos se ha obtenido, tiene que ver con la combinación del crecimiento económico, las políticas mejoradas y el compromiso global de todos los Estados para el cumplimiento de los ODM. Lo cual, dicen, se presenta como un grito colectivo de inspiración para todo el mundo.

El proceso desencadenado de cara a 2015 ha dado paso también a un ejercicio de diálogo global inaudito, ya que personas y pueblos de todo el mundo pueden aportar opiniones para dar forma a la agenda de desarrollo. Por ejemplo, del 17 al 20 de abril se realizó en Guadalajara, Jalisco, una de las consultas. No obstante las deficiencias en la convocatoria, en ella participaron organizaciones sociales, académicos y responsables de gobiernos, y se recogieron propuestas acerca del futuro que queremos en América Latina y el Caribe. Hasta aquí lo que el Sistema de Naciones Unidas ha impulsado. Un esfuerzo sin duda de enormes alcances.

En la era de la información y la globalización, ejercicios como este nos generan preguntas a nivel planetario. Interpelan asimismo a las naciones sobre su responsabilidad con el bien común de la humanidad. No sólo a las que luchan por un mejor futuro y mejores condiciones de vida, sino sobre todo a las que por su poder económico y político son más responsables en el rumbo del planeta. A ellas les corresponde reflexionar mayormente desde una postura ética sobre lo que les compete hacer para alcanzar la dignidad e igualdad en el orbe. La discusión que está de fondo se relaciona entonces con la concepción del desarrollo y el estilo de vida que se ha impuesto a los pueblos, y que se ha hecho creer que es la aspiración de todo el mundo.

Las propuestas que hasta ahora se han construido en los diversos grupos de la ONU contienen predominantemente la reafirmación de un paradigma de desarrollo concretado en el último siglo. Las políticas aplicadas por los países para convertirse en desarrollados han sido sobre la base de la ideología del progreso. El desarrollo está concebido como el mero crecimiento económico sin límites, donde el capital determina la mejora o no de los países. Este crecimiento se práctica de manera lineal e ininterrumpidamente, apropiándose de los bienes naturales y convirtiéndolos en mercancías. El derrotero de vida digna es única y exclusivamente el que la modernidad occidental ha establecido.

Los retos de la discusión sobre la agenda del desarrollo se relacionan entonces con la participación plena de todos los sectores críticos de las ideas dominantes, y que ahora parecen ser consenso mundial. Son importantes de considerar en la discusión que ahora se abre en el mundo las propuestas de pueblos que se deslindan del desarrollo propuesto por el norte global. Los colectivos que miran críticamente son sin duda alguna una confrontación y una posibilidad para no repetir errores que nos han llevado a la crisis civilizatoria en la que nos encontramos, la cual, de seguir así, ocasionará daños irreversibles al planeta y a la humanidad. El sur global tiene propuestas concretas frente a este escenario. Si le preguntáramos por lo que la agenda sobre desarrollo debería contener, parece que lo primero que nos compartiría sería una invitación a cambiar la concepción hegemónica de desarrollo.

Frente a las preguntas: ¿qué futuro queremos para todas y todos? y ¿qué nos toca hacer en una época de crisis?, los saberes de los pueblos que han convivido con la naturaleza de manera respetuosa son fundamentales, y es urgente que sean retomados en esta discusión. Las maneras de vivir del sur son alternativas ante la preocupación planetaria sobre el medio ambiente y el bienestar de la humanidad. Frente a la concepción hegemónica de desarrollo, que a la luz de lo que vivimos se ha convertido en una falacia, pues ha incrementado las brechas de desigualdad y ha reafirmado la miseria e injusticia, los aportes del sur global y las críticas del posdesarrollo son vitales: no construyen otro desarrollo, sino que abren la posibilidad de soluciones y alternativas profundas.