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Las obras del estadunidense generan 15.4 por ciento de los ingresos a escala mundial

Basquiat ha convertido la venta de arte en una auténtica orgía multimillonaria

El índice de precios de sus cuadros muestra una progresión impresionante de más de 500 por ciento en una década, dice Artprice, empresa líder en información estadística sobre ese mercado

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Jean-Michel Basquiat (1960-1988)Foto Lizzie Himmel
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de noviembre de 2013, p. 4

El muchacho vagabundo de Nueva York, el grafitero del metro, el drogadicto de Brooklyn, el joven prodigio que fue aplastado por la fama y el glamour, Jean-Michel Basquiat (1960-1988), es hoy día, a 25 años de su muerte, el sostén del mercado mundial del arte contemporáneo.

El artista, quien produjo 800 cuadros y mil 500 dibujos que ahora se arrebatan los coleccionistas, genera 15.4 por ciento de los ingresos de ese mercado a escala global. Tenía 27 años de edad y sólo ocho dedicándose a la pintura cuando murió por una sobredosis de heroína.

De acuerdo con el balance que difundió en octubre la empresa Artprice, el índice de precios de los cuadros de Jean-Michel registra una progresión impresionante de más de 500 por ciento a lo largo de una década.

Su éxito no es un fenómeno nuevo en el mercado de subastas. Desde hace 20 años, la clasificación de los artistas contemporáneos en virtud de sus resultados en las subastas muestra un factor inmutable: y el nombre de Basquiat siempre está presente. Este artista se arrogaba ya 21 por ciento de los cien mejores resultados del arte contemporáneo en 1992-1993, 13 por ciento en 2002-2003 y, finalmente, 25 por ciento este año, que sin lugar a dudas ha sido el año de Basquiat.

Desde 2012, el mercado en torno a Basquiat, señala la principal instancia de estadísticas del mercado del arte, se ha transformado en una auténtica orgía multimillonaria. Algo nunca visto.

En los pasados 12 meses, generó 162.5 millones de euros por la venta de 82 obras. En mayo, su lienzo Dustheads fue adjudicado por 43.5 millones de dólares (33.5 millones de euros), muy por encima de una estimación que oscilaba entre 25 y 35 millones de dólares.

Esa pieza, fechada en 1982, cumple todos los requisitos para marcar un nuevo tope, señala Artprice: “fecha, calidad y dimensiones (182.8 por 213.3 centímetros). La espiral ascendente de los precios no deja de resultar impresionante, toda vez que esta tela enterró un récord anterior con apenas seis meses de vida, superándolo por 20 millones de dólares (19.6 millones de euros).

“Finalmente, Dustheads se adquirió por 37.6 millones de euros, comisiones incluidas, un precio que, por ejemplo, Pablo Picasso (que acumula nueve adjudicaciones por más de 37 millones de dólares) raramente alcanza.

Basquiat no sólo es la firma más electrizante de Nueva York, también domina Londres y París. En realidad, se trata del único artista contemporáneo que ha conseguido ventas millonarias en el mercado parisino este año.

Jean-Michel Basquiat, concluye Artprice, se ha convertido en un símbolo de la desmesura del mercado del arte contemporáneo occidental.

La carrera como pintor de Basquiat duró sólo ocho años. En contraste con la leyenda que se pretende construir en torno a su vida, no provenía de un hogar pobre. Su madre era diseñadora y su padre contador. Tuvo acceso a buenas escuelas y desde pequeño estuvo en contacto con libros de arte. Fue por rebeldía que vagabundeó por las calles, hasta que en 1980 comenzó a dedicarse de lleno a la pintura. Le gustaba el expresionismo abstracto, los trazos de Franz Kline, los primeros trabajos de Jackson Pollock, las figuras de De Kooning y las caligrafías de Cy Twombly.

Mezcló todo ello en su obra, junto con sus raíces haitianas y puertorriqueñas. Jeffrey Deitch, ex director del Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles definió entonces su trabajo como una chocante combinación del arte de De Kooning y de los garabatos pintados con aerosol en el metro neoyorquino.

Con todo y las críticas que recibió, para 1982 Basquiat ya era un boom en Nueva York, ciudad que debió dejar a un lado su racismo para rendirse a su nuevo enfant terrible.

Forjó una sólida amistad con Andy Warhol, quien lo relacionó con sus galeristas europeos. En 1984, el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó la importante exposición An International Survey of Recent Painting and Sculpture, en la que incluyó a Basquiat.

No obstante, nunca cedió su adicción a las drogas y muchas personas le robaron cuadros de su estudio o los galeristas se llevaban obras sin terminar para exhibirlas o venderlas, aprovechando los letargos de Jean-Michel.

En abril de 1988 les dijo a sus amigos que abandonaría las drogas y se retiró a su casa de Hawai. Volvió a Nueva York en junio, anunciando que se había liberado de ellas, pero el 12 de agosto de 1988, a los 27 años, fue hallado muerto por sobredosis de heroína. Se dice que no pudo sobrevellar la depresión que le causó la muerte de Warhol ocurrida en febrero de 1987.

En México, el Museo del Palacio de Bellas Artes dedicó a Basquiat una muestra en 2004.