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Ver día anteriorMartes 24 de diciembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Enarbolando la escoba: nuevo partido político en India
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ace un año escribía en La Jornada que, en medio de un millón de revueltas locales, en una sociedad donde hay muchísima pobreza y una masiva apropiación de tierras campesinas y de bienes comunes por el capitalismo triunfante, aparecía una novedad. “El movimiento anticorrupción en 2012 irrumpió en las plazas, al modo de los indignados, con huelgas de hambre reclamando un lokpal, un ombudsman con medios suficientes para derrotar la corrupción. Su líder ha sido Anna Hazare, activista de larga trayectoria. De ahí acaba de nacer a finales de 2012 el Aam Aadmi Party, un nuevo partido cuyo coordinador es Arvind Kejriwal, que se presentará ya a las elecciones locales en Delhi en 2013. Una esperanza.”

La esperanza se convirtió en realidad en los primeros días de diciembre de 2013. Hubo elecciones regionales en cinco estados: Rajastán, Madhya Pradesh, Chhattisgarh, Mizoram y Delhi, que en conjunto tienen algo menos de 10 por ciento de la población de India. En los tres primeros estados ganó el BJP, el centro-derecha hinduista, que se apronta con su líder, Narendra Modi, a ganar también las elecciones generales en marzo o abril de 2014. Narendra Modi es muy popular en los círculos económicos, pero con una mancha en su pasado por su responsabilidad en la matanza de musulmanes en 2002 en su estado de Gujarat, siendo ya entonces jefe del gobierno regional.

En Mizoram, pequeño estado en el nororiente, ganó el Partido del Congreso (que gobierna India). Este partido (el de Nehru e Indira Gandhi) está en mala situación por la corrupción, por la inflación, por la caída en el crecimiento económico, que no alcanza 5 por ciento anual. Perdió muchos votos. Y perdió, sobre todo, en las elecciones del estado de Delhi (que abarca toda la ciudad: la vieja Delhi, Nueva Delhi que es la capital de India, y los nuevos barrios y suburbios). A pesar de las muchas mejoras urbanas, 30 por ciento de los votantes de Delhi se volcaron hacia el nuevo partido, el AAP, coordinado por Arvind Kejriwal, ingeniero de 44 años, ex inspector fiscal, activista en ONG dedicadas al derecho a la información sobre actos del Estado. El AAP tiene solamente un año de vida y ahora se presentará en marzo o abril 2014 a las elecciones generales en muchas de las 545 circunscripciones.

En diciembre 2013, el AAP ha sacado tres veces más votos que el Partido del Congreso en Delhi, y casi supera al BJP, que salió primero, pero sin mayoría en la asamblea para formar gobierno. No se presentó en otros estados. Este triunfo del AAP en Delhi ha sido noticia principal y en otros estados hay gran afluencia de nuevos militantes.

El símbolo del AAP es una escoba. Estuve en India en estos días de diciembre de 2013 (en reuniones de economistas ecológicos) y he tenido muchas conversaciones con jóvenes universitarios sorprendidos y entusiasmados. La escoba simboliza la lucha contra la corrupción. El candidato principal en Haryana, estado adyacente a Delhi, seguramente será un joven ex funcionario estatal apartado de su trabajo por haber denunciado un caso de transferencia de tierras en beneficio de un cuñado del hijo, nieto y bisnieto de primeros ministros del Partido del Congreso, Rahul Gandhi.

La escoba de mango corto simboliza también directamente a las castas más bajas y a los descastados dalits, tradicionalmente encargados de la limpieza. El AAP, aunque en Delhi tiene mucho apoyo en la juventud universitaria, tiene más votos en barrios populares y con pobrísimos inmigrantes. Está por ver si su presencia llega en pocos meses a las profundidades de la India rural.

El AAP tiene por delante espacio por recorrer en combates contra la corrupción y contra la pobreza. En Kerala, sus candidatos pertenecen a un movimiento local contra un innecesario aeropuerto. Aparte de temas ambientales repartidos por toda India y muy agudos, hay otros aspectos cruciales para el bienestar humano que son políticamente olvidados. Las leyes criminalizan todavía en 2013 la homosexualidad. El maltrato y la violencia extrema contra mujeres es moneda corriente. Una renovación cultural feminista está ya madura; a ver si el AAP la empuja.

Mientras, Anna Hazare, en su pueblo en Maharashtra, tras haber expresado durante meses su desdén por la participación electoral, no ocultó su alegría por la sorpresa que representa el AAP. Inició una nueva huelga de hambre para conseguir una ley anticorrupción con la figura de un lokpal o defensor del pueblo. A la vista de la nueva situación política, el Parlamento ha cedido esta vez y en pocos días ha aprobado una ley, que el AAP celebra, pero considera débil. Anna Hazare levantó su huelga de hambre el 17 de diciembre.

*ICTA-Universidad Autónoma de Barcelona