Opinión
Ver día anteriorSábado 4 de enero de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

Narcominería, otra vez

Coahuila, Michoacán…

Nadie sabe, nadie supo

C

ero y van dos, cuando menos. Es tal el desbarajuste, la dejadez o la corrupción (para el efecto da lo mismo) que trae la Secretaría de Economía en materia minera, que en la gran marquesina nacional aparece otro delicadísimo caso cuyo desarrollo y bonanza se ha dado frente a las propias narices de la autoridad, encargada, por ley, de estar atenta a la legalidad y las buenas prácticas en la referida actividad extractiva, amén de que otras instancias de gobierno, dedicadas a la seguridad y el imperio de la ley, brillan por su ausencia.

Es imperdonable hasta dónde han llegado los barones de la minería en el país (nacionales y foráneos) y cómo lo ha permitido, si no es que estimulado, el propio gobierno federal (especialmente los de la docena trágica panista, aunque el actual nada mal lo hace), pero al saqueo y el ecocidio por ellos practicado con toda holgura se suman actividades paralelas que dan cuenta de qué tamaño es no sólo el negocio, sino la impunidad, la corrupción y la dejadez en el sector.

El primer caso sonado ocurrió en octubre de 2012, cuando el ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, denunció que “desde hace unos meses, un año y meses, es un secreto a voces en la región carbonífera del estado, los narcotraficantes empezaron a cambiar su giro y en lugar de secuestro, levantones o cuotas a los giros negros, les dio por extraer carbón… Empresarios de la región carbonífera de Coahuila están coludidos con los narcotraficantes, hecho que los convierte en cómplices de la guerra por la que han muerto violentamente miles de personas en el país… esos empresarios (cerdos”, coyotes, les llama) ayudan a integrantes del crimen organizado comprándoles carbón, y con el dinero de estas transacciones adquieren armas; con una de esas armas mataron a mi hijo.

“De unos meses para acá se han venido presentando estas extracciones masivas y artesanales, y ellos tienen que vender el carbón a la Comisión Federal de Electricidad, (pero) como no lo pueden hacer directamente, utilizan coyotes, intermediarios que tienen concesiones de la extracción del carbón y lo venden, a su vez, a la CFE… los cerdos, los coyotes, hacen negocios con los delincuentes… ¡Esto es un secreto a voces en la región carbonífera! A Heriberto Lazcano lo mataron en Progreso (Coahuila) porque tenía unos tajos de carbón, eso lo dice el pueblo; es decir, no era el narcotraficante Lazca sino el minero Lazca; el problema es quién le compra el carbón y cómo hacen tratos para que los narcotraficantes tengan ese financiamiento” (La Jornada, Fabiola Martínez).

¿Qué sucedió? Nada, la autoridad no dio golpe a pesar de que cuenta con todos los detalles. Por ejemplo, que alrededor de 23 por ciento del territorio coahuilense ha sido concesionado a consorcios mineros (la información es de la Secretaría de Economía), entre los que sobresalen Grupo Acerero del Norte (GAN), que preside Alonso Ancira, y Grupo México, de Germán Larrea (el de Pasta de Conchos). En la entidad están activas no menos de 10 minas de carbón explotadas por grandes consorcios mineros y 60 por pequeñas y medianas empresas del ramo. Todas ellas deben vender su producción a la Comisión Federal de Electricidad, de tal suerte que el gobierno sabe por dónde van las cosas.

Por si fuera poco, la Cámara Minera de México (Informe Anual 2012) revela que del total de la producción de carbón térmico del país, 98.8 por ciento es fabricado por Grupo Acerero del Norte, que alcanzó en 2011 una producción cercana a los 7 millones de toneladas, y logró un incremento de 13.2 por ciento con respecto del periodo previo… Dentro del mismo ámbito de la actividad productiva de carbón, Industrial Minera México (Grupo México) reportó en 2011 una producción de carbón fino lavado de 111.8 mil toneladas, en comparación con las 127 mil toneladas que produjo en 2010”. Pero no se hizo nada ni se procedió contra nadie, y la narcominería sigue a tambor batiente.

El segundo caso sonado lo publicó ayer La Jornada: “controlan Caballeros templarios exportación de mineral de hierro… Michoacán es el estado que produce más mineral de hierro en México (…), pero las minas también crearon una oportunidad para bandas como los Caballeros templarios, que buscan ampliar sus fuentes de ingresos con negocios más legales. La próspera banda criminal con experiencia en corromper funcionarios y obtener pagos de empresas, negocios inmobiliarios y agricultores, entraron a la minería con aplomo, según emprendedores y mineros que trabajan alrededor del puerto. En un pequeño pueblo escondido tras caminos montañosos, a una hora de Lázaro Cárdenas, el cártel reunió este año cientos de camiones para llevar el mineral al puerto… El pueblo se llama Arteaga y allí nació Servando Gómez, La Tuta

“Los camiones de la banda se movieron rápidamente por las minas de hierro de Michoacán para satisfacer la demanda china, lo que contribuyó a aumentar las exportaciones del mineral a 4 millones de toneladas hasta octubre, desde entre uno y 1.5 millones de toneladas en años anteriores… Se estaba explotando la minería en forma inmisericorde, donde salía el mineral y no salía ni en barcas ni en lanchas. Lo hacía por el puerto, por la aduana y se embarcaba”, explicó el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, poco después de que la Marina ocupó el puerto el 4 de noviembre. El valor de los recursos criminales en torno a Lázaro Cárdenas podía ascender a 2 mil millones de dólares al año…” De ese tamaño.

Como en Coahuila y el carbón, en Michoacán la cosa no es tan complicada. La propia Secretaría de Economía documenta que a nivel nacional Michoacán aporta, más o menos, 25 por ciento del mineral de hierro y que alrededor de un millón de hectáreas (poco menos de 20 por ciento del territorio estatal) han sido concesionadas a consorcios mineros; las trasnacionales Mittal Steel (que se quedó con Sicartsa, tras el fracaso de la privatización salinista a favor del Grupo Villacero, de Julio Villarreal Guajardo, ex socio de El Divino) y Ternium (un consorcio italo-argentino que se quedó con Hylsa, en un proceso similar al anterior) son las grandes productoras de mineral de hierro en el estado. También aparecen Minera del Norte (subsidiaria de AHMSA, propiedad de Alonso Ancira, el mismo del carbón en Coahuila) y la también trasnacional Pacific Coast Minerals. Pero nadie sabe, nadie supo.

Las rebanadas del pastel:

Lo que tranquiliza es que tras la reforma energética los barones de la minería también clavarán sus colmillos en el negocio del petróleo. Entonces, ¿qué tan gruesa será la rebanada para el narco?

Twitter: @cafevega