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Circo, maroma y teatro se inscribe en la conmemoración por el centenario de Posada

El Museo de la Ciudad de México acoge tres muestras; este 2014 cumple 50 años

Laura Anderson Barbata presenta Transcomunalidad, exposición alusiva a zanqueros y artesanos

Trazo urbano reúne 48 obras gráficas de artistas de cinco países

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Una de las obras que se exhiben en el recinto ubicado en Pino Suárez 30, Centro HistóricoFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Martes 28 de enero de 2014, p. 5

A unos pasos de la Plaza de la Constitución, muy cerca de las estaciones Zócalo y Pino Suárez del Metro, se ubica el Museo de la Ciudad de México que en estos meses acoge tres exposiciones de manera simultánea.

Cuatro, si contamos que el recinto por sí mismo es una exhibición tanto por su historia como por su arquitectura, ya que fue el palacio de los condes de Santiago de Calimaya.

Las exposiciones montadas en este momento en el museo, que este año cumple su aniversario 50, ocupan las salas de la planta baja y el primer piso: a la entrada, a mano derecha, se encuentra Transcomunalidad: intervenciones y colaboraciones con comunidades de zanqueros y artesanos, de la artista Laura Anderson Barbata.

Subiendo las escaleras está Trazo urbano: gráfica contemporánea desde México, y después José Guadalupe Posada: circo maroma y teatro, que se inscribe en la conmemoración por el centenario del grabador.

Comencemos por la última. Se trata de 53 obras, grabados sobre papel de china, que presentan a un Posada diferente, muy alejado de su personaje tradicional, La Catrina.

Son carteles que anuncian obras de teatro, funciones de lucha libre, bailes, corridas de toros y espectáculos circenses realizados entre 1904 y 1906.

Los carteles son parte del Archivo Histórico del Distrito Federal Carlos de Sigüenza y Góngora y muchos de ellos fueron encontrados doblados.

Se conservaron gracias a que a finales del siglo XIX y principios del XX se pagaba un impuesto y los responsables de los espectáculos entregaban dos ejemplares de cada folleto, impreso sobre papel de China, para comprobar los ingresos que se obtenían en cada función.

Antes de ser montados para la muestra fueron sometidos a un proceso de restauración que les permitirá llevar el paso de muchos años, por lo menos cien más, dijo Claudia Herrera, encargada de investigación y nuevos proyectos del museo.

Las ilustraciones de Posada anuncian las obras El Vesubio de Nápoles o Los últimos días de Pompeya, Malditas sean las mujeres, El hijo pródigo, Chucho el roto, Don Juan Tenorio, Los seis grados del crimen o Los escalones del cadalso, Bruna la turronera; Cristóbal Colón, el judío errante; Tosca, que se realizaban en los teatros Guillermo Prieto y Cervantes, el Circo Teatro Orrin, cuyo dueño, Walter Orrin, fue el fundador de la colonia Roma.

Narra Claudia Herrera en el recorrido con este diario: La colonia Roma lleva las calles de las ciudades donde llegó el circo, las avenidas más grandes son las ciudades donde el espectáculo tuvo más éxito.

De regreso al Centro. Los teatros para los que ilustró Posada se encontraban cerca del Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya. Y a veces las funciones eran a las 6 de la mañana, es decir, para los trabajadores que salían a esa hora de sus labores, explica la investigadora.

Las ilustraciones merecen un capítulo aparte. Hay que detenerse un buen rato frente a ellas para descubrir los detalles. Hablan de clases sociales, dibuja los crímenes que se cometen en escena o, por ejemplo, una llave aplicada por los luchadores Fitzimons y O’Brien.

Recorrido para la prensa

Continúa el recorrido en el primer piso con la exhibición Trazo urbano: gráfica contemporánea en México. Es el trabajo de 48 artistas mexicanos y de España, Colombia, Estados Unidos y Francia, bajo la coordinación de Alejandro Villalbazo, cuyo objetivo era presentar una nueva gráfica, dejar el formato tradicional y llevar las obras a diferentes dimensiones para las que se utiliza el sonido, el performance y la gráfica, desde fotografías y vi-deos a un piano deconstruido, un cubo con fotografías cuyo centro es precisamente el Museo de la Ciudad de México, o la historia que se cuenta a través de las alcantarillas de la delegación Cuauhtémoc.

El punto de partida es el texto Las cuatro ciudades de México, del ensayista Néstor García Canclini, y es un proyecto al que dio forma el grupo Eje Gráfico Contemporáneo. Esta exposición será llevada después a Valencia, España; Estados Unidos, Colombia y en el interior de la República Mexicana.

En la planta baja se encuentra Transcomunalidad..., de Laura Anderson, quien mediante intercambios logró ayudar a recuperar tradiciones casi perdidas: la vestimenta colorida del carnaval en Puerto España, caminar en zancos en Oaxaca y en Nueva York con grupos de zanqueros que participaron en el movimiento Ocupa Wall Street y después formaron el grupo Brooklyn Jumbies.

Ahí están los zancos y los trajes de banqueros. Los zancos adornados y los trajes bordados de manera tradicional por artesanos mexicanos.

Todas las exhibiciones cuentan con visitas guiadas y lectura de cedulario en Braille. Además, dos veces al mes, las visitas se realizan con lenguaje de señas mexicano. Es el primer museo que hace algo así, precisa Claudia Herrera.

También hay visitas dedicadas al inmueble, a su historia y al estudio de Joaquín Clausell, que en los próximos meses será sometido a trabajos de restauración y adecuación para que las pinturas hechas por el artista no se deterioren. Los domingos a las dos de la tarde, la visita es con La condesa, quien cuenta también algunas de las leyendas.

El Museo de la Ciudad de México se localiza en avenida Pino Suárez 30, Centro Histórico. La entrada cuesta 25 pesos, con los descuentos tradicionales, y los miércoles es gratuita. Las visitas guiadas van incluidas en el boleto de acceso.

El horario de visita es de martes a domingo de las 10 a las 18 horas. Las actividades en el recinto pueden seguirse en Twitter y Facebook.