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Crisis humanitaria

Ninguna ley en EU los escuda del despido si intentan organizar un sindicato

Indocumentados, sin protección laboral

Es un desafío para todos los países hacer funcionar la ley: Angela Cornell

 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de agosto de 2014, p. 4

El mundo sería más justo si hubiera un balance entre los intereses del capital y el de los trabajadores, aseguró en entrevista Angela Cornell , quien dirige la Clínica de Derecho Laboral en la Facultad de Derecho de la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York.

La experta en derecho laboral, quien ha representado a diversos sindicatos y a migrantes en su país, dijo que los retos de la defensa de los derechos laborales en la actualidad están ligados a los cambios tecnológicos y la reindustrialización, la globalización, y particularmente a los bajos índices de organización sindical.

En Estados Unidos, comentó, sólo 12 por ciento de los trabajadores pertenecen a algún sindicato, la gran mayoría en el sector público. En México la sindicalización se calcula en 10 por ciento de la población económicamente activa (PEA).

Pero sin sindicatos democráticos y representativos no se puede modernizar el mundo laboral. Es un requisito indispensable que existan, afirmó la experta quien participó esta semana en el foro Diálogo social y negociaciones laborales utilizando resolución alternativa de conflictos, organizado por la Junta Local de Conciliación y Arbitraje y la embajada estadunidense.

Además, continuó, en relación con estas disminuidas tasas de organización hemos visto que ha crecido la concentración de la riqueza y han bajado los salarios. Añadió que las empresas en Estados Unidos gastan mucho dinero en evitar el surgimiento de sindicatos. Esto explica en parte, dijo, lo poco que los trabajadores consiguen organizarse. Otra razón es el miedo a perder el empleo.

Otro problema es el crecimiento enorme de las multinacionales y su regulación. Son móviles y esto es un desafío. En organizaciones como la ONU y ciertos grupos privados hemos visto un movimiento que trabaja porque las multinacionales tengan el compromiso de cumplir con la legislación laboral, con la del medio ambiente.

También consideró que es un desafío para todos los países crear legislaciones que protejan a los trabajadores migrantes. Al referirse al caso de Estados Unidos dijo que algunos aspectos de nuestras leyes laborales funcionan muy bien y son buenas, pero hay otros que no tanto. Uno de los negativos es el tratamiento de los trabajadores inmigrantes. La ley laboral no los incluye de manera suficiente.

Ejemplificó esto explicando que las empresas infringen las leyes estadunideneses si despiden a un trabajador por intentar organizar un sindicato. Pero si el empleado es un migrante indocumentado ninguna ley lo protege del despido y tampoco puede reclamar salarios caídos. La ley no funciona bien para esas personas. Es una marca negra en nuestra legislación. Salvo en California, donde sí tienen protección por el trabajo de César Chávez, los inmigrantes indocumentados están excluidos de nuestra ley laboral.