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El despido de un periodista se cambió por un castigo de dos meses sin goce de sueldo

El dueño de la emisora Eco de Moscú pacta una tregua con el redactor jefe
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 20 de noviembre de 2014, p. 27

Moscú.

Tras reunirse este miércoles durante cuatro horas, Aleksei Venediktov, redactor jefe de Ejo Moskvy (Eco de Moscú) y Mijail Lesin, presidente del consejo de administración del consorcio Gazprom Media, accionista mayoritario de la emisora, pactaron una fórmula de compromiso que, sin ser solución definitiva de sus controversias, por ahora satisfizo a ambas partes.

Lesin retiró su exigencia de que Venediktov, el único legalmente facultado para ello, despidiera al periodista Aleksandr Pliushev –quien escribió un poco afortunado tuit sobre la muerte accidental del hijo del jefe de la oficina de la presidencia rusa– y aceptó que, como sanción, se le aparte del trabajo durante dos meses sin goce de sueldo.

Canceló, asimismo, la convocatoria del consejo de administración de la emisora que este viernes debía formalizar la destitución de Venediktov.

A cambio, el redactor jefe se comprometió a elaborar una suerte de código ético para el comportamiento en las redes sociales de los periodistas de la emisora, lo que algunos colaboradores, como Serguei Parjomenko, consideraron una forma encubierta de censura.

Pero Venediktov, hábil negociador, incluso estuvo de acuerdo con que se agregara en su contrato un párrafo sobre la responsabilidad personal del redactor jefe respecto a que el contenido de los programas de la emisora se corresponda con la legislación vigente, formulación que deja a las autoridades amplio margen de interpretación para endosarle parte de la culpa ante eventuales errores de sus subordinados.

La unidad de la Redacción y el respaldo completo al redactor jefe, mostrados anoche en el encuentro con Lesin, resultaron decisivos para concretar esta tregua.

Sin embargo, las partes tienen claro que la ruptura es inevitable. Ya comenzó la batalla final por el control de Ejo y, aunque al día de hoy su desenlace es incierto, todos coinciden en que sólo puede haber un ganador.

Unos piensan que acabará por imponerse Gazprom Media que –aprobada la enmienda que limita a extranjeros la propiedad sobre medios de comunicación en Rusia a 20 por ciento de las acciones y obliga a Venediktov y Guzinsky a deshacer su empresa registrada en el exterior– podría adquirir las acciones que le permitan pasar del actual 66 al 75 por ciento.

Con ello, argumentan, obtendrá luz verde para modificar legalmente el estatuto de la Redacción y quitar los candados que ahora le impiden definir la política editorial de la emisora, así como nombrar a su redactor jefe.

Otros están convencidos de que Venediktov, después de recomponer sus alianzas y encontrar nuevos socios rusos, será capaz de presentar una oferta suficientemente atractiva para comprar el paquete accionario de Gazprom Media, toda vez que para éste carece de sentido seguir financiando parcialmente una emisora crítica con el Kremlin, habiendo muchos recursos para acallar cualquier medio en Rusia.

En unos meses se sabrá de qué lado se inclina la balanza.