Cultura
Ver día anteriorMiércoles 29 de julio de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Hoy se cumple el 125 aniversario luctuoso del célebre pintor holandés

Montar una exposición en Auvers, último deseo de Van Gogh, se hará realidad

El lecho de muerte del artista en Francia, sitio de peregrinaje visitado por miles de personas al año

Foto
Autorretrato con sombrero de paja, París, verano de 1887, óleo sobre cartón perteneciente al Museo Vincent van Gogh de Ámsterdam (Fundación Vincent van Gogh). Imagen incluida en el libro Vincent van Gogh 1853-1890: visión y realidad, de Ingo F. Walther, publicado por Taschen
 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de julio de 2015, p. 6

Auvers-sur-Oise.

Las paredes desnudas, una silla de madera y un gigantesco cristal antibalas que cuelga ahí donde debió haber estado la cama de Vincent van Gogh. No hay mucho más en la pequeña habitación del Auberge Ravoux, la pensión a unos 30 kilómetros de París en la que murió el pintor el 29 de julio de 1890.

Tras el grueso cristal hay un marco del revés en el que se lee: Antes o después, quizá encuentre la posibilidad de hacer una exposición propia en un café. Aquel deseo se lo manifestó por carta a su hermano Theo el 10 de julio, poco antes de morir.

La casa Ravoux está en Auvers-sur-Oise, idílica localidad al noroeste de la capital francesa. A finales del siglo XIX, el pueblo atrajo a numerosos impresionistas que inmortalizaron el pintoresco valle del Oise. Y también Van Gogh alquiló una modesta habitación en una pensión del lugar.

A lo largo de 70 días, el paisaje rural de la zona lo inspiró para pintar unos 80 lienzos, entre ellos obras maestras como La iglesia de Auvers-sur-Oise o sus famosos campos de cereales, en los que su potente pincelada amarilla parece amenazar al azul del cielo. Cerca de la iglesia, en el cementerio del pueblo, yacen también los restos del pintor.

Tras el grueso cristal protector de la habitación número cinco colgará en algún momento uno de los cuadros de Auvers que hoy se venden por millones. Con ello, Dominique-Charles Janssens pretende hacer realidad el último deseo del artista. La pensión, cuenta el fundador del Instituto Van Gogh, es el lugar ideal, pues aquí fue donde el artista pintó por última vez.

Nexo con el pintor holandés

El sueño de Van Gogh es también su sueño, subraya el belga Janssens, quien afirma sentir una vinculación especial con el pintor holandés. Y es que cuando resultó gravemente herido en un accidente de tráfico frente al último hogar del pintor, él tenía 37 años, los mismos con los que falleció Van Gogh en esta pequeña habitación.

Para Janssens, no fue una simple casualidad: dejó su lucrativo empleo de gerente del grupo de alimentación Danone, compró el entonces venido a menos Auberge Ravoux y lo sometió a una cuidada renovación en la que invirtió 17 millones de euros (18.7 millones de dólares).

Así, convirtió la planta baja en un restaurante para que los curiosos puedan dejar pasar el tiempo en el lugar en el que almorzaba Van Gogh.

Además, amuebló la habitación del artista como era cuando éste murió, y jamás se volvió a alquilar. El propio ex directivo se convirtió en un experto en el artista holandés. En 1987 fundó el Instituto Van Gogh e hizo del lecho de muerte del pintor un lugar de peregrinación que recibe anualmente miles de visitantes.

La última habitación de Van Gogh está abierta al público desde 1993; por allí han pasado hasta ahora más de un millón de curiosos.

Un maná del que también se beneficia la casa y taller del pintor Charles-François Daubigny (1817-1878), cerca del Auberge Ravoux. Según afirman, la antigua pensión es un imán turístico para Auvers.

Hace ya más de 15 años que Janssens instaló el cristal antibalas en la habitación de siete metros cuadrados. En aquel entonces, su intención era que el Museo Pushkin le prestara por tiempo indefinido Paisaje de Auvers en la lluvia, pero el proyecto fracasó por los reparos del Ministerio de Cultura francés.

En 2007 vio una segunda oportunidad cuando se ofreció a subasta en Nueva York uno de los campos de cereales del artista por un valor estimado de 24 millones de euros. Janssens comenzó a reunir dinero, pero su iniciativa llegó demasiado tarde. De haberlo logrado, los mecenas habrían podido contemplar la obra maestra cuando quisieran mediante una webcam.

Ahora, con la ayuda de Olivier-René Veillon, director del Comité Cinematográfico de París, Dominique-Charles Janssens espera rodar una película y ha fichado como director científico de su instituto a Wouter van der Veen, uno de los más reconocidos especialistas en Van Gogh.

Con él ha diseñado la app y web vangoghsdream.org, a través de la que cualquiera puede participar en el proyecto. Pronto, augura, el último sueño de Van Gogh se hará realidad.