Sociedad y Justicia
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¿Cómo nos ocupamos de quienes formaron otra unión?, pregunta

Merecen divorciados trato mejor de la Iglesia; no están excomulgados: el Papa
 
Periódico La Jornada
Jueves 6 de agosto de 2015, p. 33

Ciudad del Vaticano.

Los católicos divorciados que vuelven a casarse y sus hijos merecen un trato mejor de la Iglesia, dijo el papa Francisco el miércoles, y advirtió a los párrocos que estos feligreses no están excomulgados, aunque en ocasiones se les trate como tales.

La tradición de esa religión indica que los separados que vuelven a casarse viven en pecado y no tienen permiso para recibir la comunión, por lo que muchas de estas personas se sienten abandonadas por la Iglesia.

El énfasis del Papa en la importancia de la misericordia ha despertado esperanzas entre muchos católicos divorciados de que levante el veto a la comunión. Los feligreses separados que no forman una nueva unión sí pueden comulgar.

Próximamente el Vaticano realizará una reunión de un mes sobre problemas familiares, continuación de un encuentro similar efectuado el año pasado que despertó esperanzas entre católicos divorciados y vueltos a casar de que se levantaría rápidamente el veto.

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El papa Francisco recuerda la importancia de la misericordia en la Iglesia católica. La imagen, durante la audiencia del pasado martes con monaguillos en RomaFoto Ap

En sus declaraciones más recientes sobre el tema, Francisco no llegó tan lejos, pero insistió en un cambio de actitud en la Iglesia. ¿Cómo nos ocupamos de aquellos que, tras el fracaso irreversible de su lazo familiar, formaron una nueva unión?, se preguntó.

Las personas que empezaron una nueva unión tras la derrota de su matrimonio sacramental no están excomulgadas y de ninguna manera deben ser tratadas de esa manera, advirtió a peregrinos y turistas en su primera audiencia general después de unas vacaciones de verano. Siempre pertenecen a la Iglesia.

El pontífice reconoció que el magisterio de la Iglesia se opone a formar una nueva unión después del divorcio. Se preguntó cómo la Iglesia puede insistir en que los niños de matrimonios fallidos sean educados por sus padres con el ejemplo de una fe convencida y practicada, si los mantenemos alejados de la vida comunitaria como si estuvieran excomulgados.