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Bianca Marroquín será Anita de Amor sin barreras, en el 125 aniversario del Carnegie Hall

Los actores somos médicos: vibramos al público en una frecuencia sana

Cuido mi cuerpo, mis pulmones, mi corazón para rendir, para darme al público; yo hago mi parte y Dios hace su arte

Si el trabajo duro y la oportunidad se cruzan, pasa algo bonito

 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de noviembre de 2015, p. a12

Bianca Marroquín contagia su entusiasmo y energía, de la cual, dice, tiene mucha.

La bailarina, cantautora y actriz mexicana está feliz porque el próximo marzo pisará el escenario del Carnegie Hall como Anita, de Amor sin barreras (West Side Story), obra con la que se celebrarán los 125 años del legendario recinto neoyorquino.

Primero haber pisado Broadway, luego hacer Mary Poppins, personaje que yo siempre decía que interpretarlo era lo más difícil; hacer la historia clásica con la que creció todo mundo para mí era un gran honor. Pero ahora, Anita, que personificó Chita Rivera (cantante, bailarina y actriz, primera hispana en recibir el Premio Kennedy), con música de Leonard Bernstein, es un sueño, un papel que tomo muy en serio, afirma emocionada.

Animar a la gente

Con su baile y sus canciones, lo que más desea Marroquín es animar a la gente a no dejarse vencer por la adversidad.

“El baile, mis composiciones, mi canto son mis instrumentos, mi manera de llegarle a la gente. Los actores somos como médicos, porque vibramos al público en una frecuencia sana. Dios da dones, me los dio. Estuvo en mí desarrollarlos, entrenarme, pulirlos. Hice mi parte para que cuando él me mandara las oportunidades estuviera preparada para aprovecharlas. Sí, tengo suerte, pero he trabajado duro. Si el trabajo duro y la oportunidad se cruzan, pasa algo bonito. Piqué piedra en México y también lo hice en Nueva York.

Cuido mi cuerpo, mis pulmones, mi corazón para rendir, para darme al público. Yo hago mi parte y Dios hace su arte, precisó.

Bianca Marroquín cree que el cambio es constante en la vida y las personas deben aceptarlo, aprender a soltar y abrirse para recibir lo que el universo tiene para nosotros. Venimos a perfeccionar nuestras almas. Lo difícil fortalece el espíritu. Bueno, pensar así me da mucho sentido.

Recientemente estrenó en la ciudad de México su espectáculo Bianca Marroquín en concierto. “Es maravilloso ser parte de las grandes producciones, pero no hay nada como crear la propia. Ese era uno de mis sueños. Fue difícil, pero lo logré. Es show muy versátil, lleno de matices. Tiene comedia musical, porque la gente quiere eso de mí; lo dejo para el final, algo magistral para que se vaya muy contenta, pero enseño muchos otros colores y todos ellos justificados, que tienen que ver conmigo, no pretendo ser nada que no soy.

“Hay tres composiciones mías: El mundo era mío, No pierdas fe en mí (la hice para mi amiga Paloma, quien murió; yo tenía 12 años) y Sólo pido (la compuse para mi mamá). Hay música de Diana Ross, Alicia Keys... También está la canción de Cabaret, los boleros, como Toda una vida, Piensa en mí, Extravío, Perfiria, y la salsa, un popurrí de Celia Cruz. Todo viene conectado. Hay que salir adelante, ver todo positivo, a pesar de las batallas personales, de las muertes, de lo que estamos pasando en el país. La muerte de mi mamá, mi divorcio, los rechazos, todo lo que esto me ha hecho fuerte. Creo que la gente debe enfocarse en su felicidad, enamorarse de sí misma. Es difícil, pero cada mañana debe contar sus bendiciones.

Foto
Bianca Marroquín, llena de vida y de proyectosFoto cortesía APE/ Agencia Productora de Espectáculos

“Los pedacitos de mi vida que comparto me conectan con el público. Algunos me dicen ‘me ayudó mucho estoy emocionada...’ Eso es lo que quería lograr. He vivido muchas cosas tan mágicas que sería muy egoísta de quedarme con ellas. Me he dado cuenta que a la gente le gusta escuchar.”

Recordó su espectáculo Sólo pido, que armé para mi mamá. Lleva el título de la canción que le compuse. La empecé antes de que muriera. Me di cuenta de que era para ella cuando se fue. Una mariposa se posó en mi mano. Miré el reloj y luego me enteré de que ella había fallecido a esa hora. Fue su alma que se despidió de mí.

Roxie Hart siempre me recibe con los brazos abiertos

Llegó el momento de hablar de su Roxie Hart, de Chicago, papel que hace desde hace 13 años (la obra lleva 19 en cartelera en Broadway) Marroquín contó: “Es otra de las constantes de mi vida. Ella me recibe con los brazos abiertos, me ama, me alimenta, me enseña, porque yo, como capricornia, soy muy disciplinada. Ella es todo lo contrario y, poco a poco, a través de los años me ha ayudado a irme soltando, a disfrutar más la vida, como ella. Le vale gorro lo que tenga que hacer para conseguir lo que quiere, y, con cierta distancia respecto de sus métodos y metas, me ha enseñado a luchar y a tratar de entenderla para presentar su lado humano.

“De alguna manera es maternal, porque me conoció muy chavita. Roxie es un personaje para una actriz de más de 35 años; sin embargo, me lo confiaron a los 25; apenas tengo 39, la edad que requiere el personaje.

“Ella siempre me espera, ahí está en el camerino. Me he ido varias veces (Rent, Mira quien baila...), regreso y siempre me recibe con los brazos abiertos”.

Sencilla, llena de vida, de proyectos y trabajo, este 30 de noviembre volvió a Chicago, a su Roxie; del 4 al 6 de marzo hará Amor sin barreras, y el 7 estará de regreso para continuar con Bianca Marroquín en concierto.