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El autor cubano-estadunidense participó en la reciente FIL de Guadalajara

Richard Blanco intenta tender puentes y mostrar que todos somos iguales

La poesía es un arte vivo, sin embargo en EU tienen miedo de escribirla, expresa a La Jornada

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Hoy nos movemos mucho, nos conectamos por la tecnología, los medios de comunicación y entre las culturas, que de manera global todos somos de alguna forma inmigrantes, afirma Richard BlancoFoto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de diciembre de 2015, p. 6

Para el poeta estadunidense hijo de padres cubanos, Richard Blanco (Madrid, 1968), todos somos en cierto modo exiliados e inmigrantes.

Blanco es conocido porque recitó uno de sus poemas durante la toma de posesión del segundo mandato del presidente Barack Obama, y también por ser designado para leer otro antes del izamiento de la bandera de Estados Unidos en La Habana, después de más de 50 años.

“Actualmente –expresa a La Jornada– en el mundo nos movemos mucho, nos encontramos tan conectados por la tecnología, los medios de comunicación y entre las culturas, que de manera global todos somos de alguna forma inmigrantes.”

Una de las poetas que más admira, explica, es Elizabeth Bishop. En ella veo el sentido y el reflejo de sentirse exiliado, y el de siempre buscar un hogar y pertenecer. Me identifico con ella porque soy estadunidense y escribo en inglés. Otro de los poetas con los que me identifico es José Martí, porque fue un exiliado.

Por apoyar al pueblo cubano

En América Latina, expresa Richard Blanco, “no tienen tanto miedo a escribir poesía como en Estados Unidos. En ese país, la poesía es una de las artes menos entendidas, porque no la enseñan como arte, sino de una manera teórica. No se dan cuenta de que hay muchos poetas vivos escribiendo de la vida cotidiana y el mundo.

“Escribir poesía es una misión que me he impuesto para mostrar a los demás que es un arte vivo y no, como se dice en Estados Unidos, un arte de hombres blancos muertos o dead men.

Mi poética intenta crear puentes, reflejar que somos iguales más allá de cualquier frontera.

Respecto de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, Richard Blanco considera que el reto para mi generación de cubano-estadunidenses es estar atentos a los cambios para garantizar que el pueblo de Cuba sea parte de esos cambios y prosperidad. Tenemos que apoyar al pueblo cubano en esa transición, que para mí es lo más importante como poeta.

Luego de asistir a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde en dos charlas presentó y leyó parte de su obra, Blanco estuvo la tarde del pasado miércoles en la Casa Lamm, en la ciudad de México, donde habló de su infancia y su amor a la poesía, pues sus padres salieron de Cuba y nació en Madrid; luego, la familia se mudó a Miami.

Sentirse parte de la narrativa de EU

Richard Blanco comparte qué significó ser “un poeta inaugural: el mayor regalo, o lo que más me dejó esa experiencia, fue por fin sentirme parte de la narrativa de Estados Unidos. Incluso, cuando tenía 44 años y se me pidió escribir un poema –One today (Un hoy)–, había una parte de mí que sentía que no era realmente estadunidense”.

–Todo lo que representa, ¿a veces se vuelve una carga para usted?

–Para nada. Primero las personas se quejan ante la falta de modelos a seguir en la sociedad y luego cuando uno se vuelve se queja porque lo es. Nada de eso me causa conflicto, eso es lo que soy. No soy un poeta boliviano heterosexual, sino un ingeniero civil gay cubano-estadunidense.

–¿Qué piensa de la poesía que se escribe hoy?

–Al igual que la mayoría de las artes en la sociedad contemporánea, no hay ningún movimiento estético que defina lo que es poesía. Como en las artes visuales, todo está en el mismo barco. Hay todo tipo de voces y acercamientos a la poesía, pero eso realmente no es algo nuevo. Desde los años 60 del siglo pasado la poesía empezó a tomar esa dirección.