Mundo
Ver día anteriorMartes 9 de agosto de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Unos 50 ex funcionarios señalan la falta de valores del abanderado para ser presidente

Trump pone en riesgo la seguridad nacional: grupo de republicanos

El magnate presenta su plan económico, en un intento por superar el tema de los exabruptos

Crece la lista de aspirantes al Congreso que declaran públicamente que no votarán por él

Foto
Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, habló ayer en Detroit sobre su programa económico, entre múltiples interrupciones por abucheos y protestas; en la imagen, una detractora es retirada del acto celebrado en el Club EconómicoFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 9 de agosto de 2016, p. 26

Nueva York.

Después de la peor semana de su campaña, el candidato presidencial Donald Trump intentó hoy cambiar el tema al presentar su propuesta económica, pero esto fue opacado por la creciente disidencia dentro del Partido Republicano, que incluyó un mensaje público de 50 ex altos funcionarios de política exterior republicanos en el cual acusan que el multimillonario sería una amenaza para la seguridad nacional, más candidatos legislativos del partido que buscan distanciarse públicamente de él, y la presentación de una candidatura alternativa.

En un discurso en Detroit sobre sus propuestas económicas nacionales, Trump –entre múltiples interrupciones por abucheos– reiteró sus posturas generales ya conocidas, que incluyen reducciones de impuestos, reformas hacendarias y renegociación de tratados de libre comercio como el TLCAN, sin gran detalle concreto, pero con las usuales promesas grandiosas de que llevará al país a un futuro maravilloso. A la vez, resaltó el punto de que él representa el cambio frente a su contrincante demócrata Hillary Clinton: ella es la candidata del pasado; lo nuestro es la campaña del futuro.

Con esto sus estrategas esperaban lograr un cambio de canal respecto de la última semana, en que los exabruptos y los ataques mal atinados de Trump contra símbolos sagrados –familias de militares estadunidenses sobre todo– causaron un desplome en sus índices de apoyo y dañaron tanto la campaña como al partido. Pero las divisiones y conflictos entre Trump y el partido siguen causando deterioro.

Hoy, unas 50 figuras destacadas en política exterior y seguridad nacional que trabajaron en altos puestos en gobiernos republicanos advirtieron en una carta pública que Trump pondría en riesgo la seguridad nacional y el bienestar de nuestro país. Agregaron que el candidato carece de carácter, valores y experiencia para ser presidente, señalaron que debilita la autoridad moral de Estados Unidos como líder del mundo libre y afirmaron que ninguno de ellos votará por él. Entre los firmantes: Michael Hayden, ex director de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Tom Ridge y Michael Chertoff, ex secretarios del Departamento de Seguridad Interna, y John Negroponte, ex director de inteligencia nacional, ex subsecretario de Estado y ex embajador en México, además de otros altos funcionarios del Departamento de Defensa y de la Casa Blanca.

Por otro lado, varias agrupaciones republicanas que intentaron sin éxito descarrilar la candidatura de Trump están buscando de nuevo cómo frenarlo. Entre estos esfuerzos de los republicanos anti Trump apareció hoy un nuevo candidato conservador independiente a la presidencia, Evan McMullin, quien proclamó que ante la falta de fe en los candidatos de ambos partidos mayoritarios por la ciudadanía estadunidense, él se ofrece como candidato conservador. McMullin es el ex jefe de política de la bancada republicana en la cámara baja y fue oficial de operaciones de la CIA entre 1999 y 2010. Además ha trabajado en Goldman Sachs y se dice que cuenta con el apoyo financiero de varios ricos donantes republicanos.

Mientras tanto, cada vez más candidatos legislativos marcan su distancia con el abanderado. Hoy, otro representante federal republicano, Scott Rigell, de Virginia –el tercero en la última semana–, declaró que no votará por Trump, sino por Gary Johnson, aspirante del Partido Libertario, y advirtió que espera que más continúen en ese sentido.

Cunde el temor entre las filas republicanas de que Trump no sólo fracasará en llegar a la Casa Blanca, sino que su derrota amenaza con poner en riesgo las mayorías de que ahora gozan y, por lo tanto, el control de ambas cámaras. Algunos ya utilizan ese argumento ante donantes.

Tal vez el mensaje más notable en este sentido fue el enviado por el republicano electo más poderoso del país, el presidente de la cámara baja, Paul Ryan, solicitando donaciones donde parece ya dar como un hecho que la demócrata Hillary Clinton será la próxima ocupante de la Casa Blanca. El argumento es que si fracasamos en proteger nuestra mayoría en el Congreso, podríamos estar entregando un cheque en blanco a la presidenta Hillary Clinton.

Sin embargo, las filas que apoyan a Trump sorprendieron a todos, al contribuir con más de 80 millones a la campaña en julio, algo que provocó preocupación tanto entre la campaña de Clinton –que está redoblando esfuerzos en la recaudación de fondos– como en republicanos anti Trump. Al mismo tiempo, mientras continuaban las deserciones republicanas, también hay nuevos defensores del multimillonario, entre ellos George P. Bush, hijo de Jeb Bush, ex precandidato presidencial y feroz opositor de Trump, con el argumento de que ante el imperativo de derrotar a Clinton los republicanos tienen que apoyar a su abanderado.

Más aún, cada vez que figuras de la cúpula republicana o del establishment atacan a Trump, esto también tiene un efecto positivo para el candidato, ya que comprueba su imagen de insurgente político que tanto ha alimentado su inesperado éxito hasta ahora. Mientras las principales encuestas registran el desplome de Trump y algunos expertos proclaman que todo indica que será derrotado, su inesperada trayectoria a lo largo del último año ha desafiado repetidamente los pronósticos de su muerte política; por lo tanto, nadie está dispuesto aún a apostar por su posible funeral.

Por ahora, la implosión de la candidatura de Trump ha funcionado como un eclipse sobre la campaña de su contrincante. Las noticias sobre qué hace o no Clinton están relegadas al final de las noticias políticas. Por ahora los demócratas están gozando de los tropiezos entre los republicanos, pero aún están conscientes de tener al frente una candidata débil y vulnerable que no logra convencer a la mayoría del electorado de que debería ser la ocupante de la Casa Blanca. Tan es así que el argumento más poderoso que tienen sigue siendo que ella no se apellida Trump.

Para mayor información sobre la campaña presidencial en Estados Unidos, consultar blog www.jornada.unam.mx/ultimas/elecciones-presidenciales-de-estados-unidos/