La Secretaría de Cultura de Ciudad de México (CDMX) organizará un homenaje para Betsy Pecanins, fallecida el día 13, a los 63 años, una vez que hable con sus familiares y se ponga de acuerdo con sus amigos músicos. Nos gustaría que fuera un concierto a la manera de una fiesta. A estos artistas hay que despedirlos al celebrar su arrojo, valor, voz, creatividad y libertad, expresó Eduardo Vázquez Martín.

El secretario de Cultura local acudió la noche del martes a la funeraria donde fue velada Elizabeth Anne Taylor Pecanins, nombre de pila de la cantante de blues, acompañado por Ángel Ancona, coordinador del Sistema de Teatros de la Ciudad de México. El concierto se efectuaría en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, una de sus casas, acotó el funcionario.

Ana Teresa Álvarez Taylor, de 26 años, hija de la cantante, se mostró sorprendida al enterar- se del ofrecimiento, sin embargo dijo: adelante a todos los home-najes que le quieran hacer a mi mamá, quien se merece eso y más. Mencionó que en 2016 su progenitora gozó del último año de la beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, y tenía el proyecto de grabar varios discos, uno de su espectáculo Ave Phoenix y otro con material nuevo.

Visiblemente afectada, la artista visual Yani Pecanins, prima hermana de Betsy, dijo que a pesar de sus problemas de salud siguió componiendo, dando clases y rapeando. Hacía muchas cosas, eso le hacía muy feliz y quería seguir, lo que pasa es que hoy (martes 13) ya no despertó. Esto ha sido un fuerte golpe para todos nosotros, asentó Yani.

Prodigó talento

Acudieron a despedirse de Betsy infinidad de músicos y amigos, como la escritora Laura Esquivel y la cantante Hebe Rosell. Tania Libertad recordó que recién llegada a México de Perú fue recibida en casa de la fallecida. “El primer trío que hice aquí fue con ella y Eugenia León en 1981, en un café concierto. Después de eso nos volvimos a juntar todo un año para hacer el espectáculo Nuestro negro pasado.

Qué te puedo decir de alguien con una fortaleza como pocas veces he visto. Todos sa-bíamos que tenía problemas de salud desde muy chiquita, pero nunca se amilanó, ni siquiera cuando perdió la voz, porque se inventó otras formas de darnos su talento y esas ganas de hacer arte. Aparte de rap hacía música para obras de teatro, señaló la entrevistada.

Otra amiga, la cantante Margie Bermejo, conoció a Pecanins de vecina –vivimos puerta con puerta– en los edificios Condesa. Hicimos varios conciertos juntas de dos pianos y dos voces, ella con Guillermo Briseño y yo con Joao Henrique. Nos fuimos de gira, pero, bueno, eso era producto de la amistad.

Para el artista Vicente Rojo Cama, Betsy era una guerrera siempre firme y en el sentido amplio y completo de la palabra, una luchadora comprometida. Era perfecta, toda una dama, la queríamos mucho. Luchó siempre hasta el final, intensamente, al igual que como vivió.

Según el especialista Raúl de la Rosa, como cantante Betsy fue una aparición. De repente hay una extraordinaria y única voz. Antes de Betsy no había nadie que cantara como ella y después de Betsy no hay nadie que vuelva a hacerlo como ella. Aparte de su manejo vocal, apareció en uno de los géneros más inesperados en México: el blues, y se hizo toda una carrera, pero sin desdeñar ningún género. Hi-ja de un estadunidense y una catalana, nacida en Yuma, Arizona, radicada en México (desde 1977), eso le dio raíces para todo lo que hizo.

El artista visual Brian Nissen, pareja de Monserrat Pecanins, tía de Betsy, recordó la valentía y dedicación con que la cantante, a quien conoció desde niña, llevó su carrera: Imprimió en su música una fusión de blues y canto mexicano absolutamente original. Su público la adoraba por la alegría con que actuaba. Tenía una voz excepcional, un rango y un control como pocos. A través de los años fue un ejemplo de valor y coraje para todos.

Los restos de Betsy Pecanins fueron cremados ayer (miércoles 14), sin embargo, no se reveló el destino final de sus cenizas.