Alcanzar las metas educativas fijadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030, impulsados por Naciones Unidas en 2015, demanda una ruptura sin precedente de las tendencias actuales para garantizar el acceso a una formación de calidad, pues, de continuar sin cambios, el mundo alcanzará sus compromisos educativos con 50 años de retraso, advierte la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

En el Informe de seguimiento de la educación en el mundo 2016, destaca que, de acuerdo con las proyecciones y las tendencias actuales, la culminación universal de la enseñanza primaria en el mundo podría alcanzarse en 2042, de la secundaria en 2059 y del bachillerato hasta 2084.

Lo anterior, explica, implicaría que las naciones más pobres alcanzarían la primaria universal más de un siglo después que los países más ricos. Este rezago en el cumplimiento de los objetivos, agrega, también impacta en la salud, la productividad y el combate a la pobreza.

La organización multinacional estima que si en el año 2030 se alcanzara la universalización del bachillerato en los países pobres, se incrementarían los ingresos per cápita en 75 por ciento, mientras las muertes ocasionadas por fenómenos naturales también disminuirían en al menos 20 mil, si se llegara a la enseñanza secundaria universal.

Recordó que tan sólo en el acceso a las aulas la Unesco estima que 25 millones de niños no han iniciado sus estudios de primaria, mientras que 30 por ciento de los menores de las familias más pobres en los países de bajos ingresos nunca han asistido a la escuela.

Además de los niños y adolescentes que están fuera del sistema educativo, destacó que en las naciones con mayores índices de pobreza la conclusión de la formación primaria aún es un desafío, pues su tasa de egreso es de 51 por ciento, frente a 92 por ciento de los países de renta media-alta, y 84 por ciento en los de renta media-baja.