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La casa de Juan de la Cruz se desvaneció como si fuera de papel
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 9 de septiembre de 2017, p. 4

Unión Hidalgo, Oax.

Juan de la Cruz Castillo, de 75 años, no sabe si llorar de alegría o de tristeza. Cuenta que su casa se desvaneció como si fuera de papel. Según Protección Civil municipal, unas 170 personas perdieron sus viviendas tras el terremoto de 8.2 grados que afectó el jueves por la noche esta localidad.

Aquí no han llegado autoridades federales o estatales para dar apoyos. Están incomunicados, no hay Internet, agua potable ni energía eléctrica. Las personas rondan las calles sin saber qué hacer. Suman 55 heridos y murieron siete personas, informa el director de Protección Civil, Ubicelio López Castillo.

Qué desgracia más grande, la que hemos vivido expresó Juan, quien entra y sale de la que fue su casa, que está sin techo, en busca de documentos personales. La sacudida del sismo no permitió que sacara pertenencias. ¿Y ahora qué voy hacer para cobrar mi apoyo de 65 y más?, se pregunta.

Su hija le responde: Papá, nadie tuvo la culpa, no te preocupes, ellos te darán tu apoyo. Juan y su esposa Leticia Marín Ruiz sólo reciben el apoyo bimestral del programa federal 65 y más. Su avanzada edad ya no le permite trabajar en el campo como hizo durante muchos años.

Juan expresa su tristeza porque perdió su único refugio construido hace medio siglo con tabique, cal, cemento, madera y tejas. Se ha quedado a la intemperie y dice que ahí permanecerá hasta que junte dinero para reconstruirla.

El de Protección Civil nos escuchó y tomó los datos, esperemos pronto llegue el apoyo para nosotros y a la demás gente que lo perdió todo, aún recuerdo esa fuerte sacudida que hasta tiemblo del miedo relata.

Juan y su esposa manifiestan que les duele ver su vivienda desplomada, pues los momentos que compartieron en esas paredes los remontan al pasado. Allí nacieron sus hijos hace muchos años y también sus nietos.

Nada será igual, no tengo nada de trabajo, mi hija que me visita cada semana me da unos cuantos pesos, pero no es suficiente para hacer una casa, que más o menos cuesta unos 80 mil pesos, señaló.

Es triste todo esto

El hermano de Juan, Graciano de la Cruz Castillo, de 70 años, también observó cómo su vivienda se desbarató tras la fuerte sacudida. Nada le quedó y ahora refiere que su esperanza está en el apoyo que le puedan brindar.

Ojalá puedan llegar los apoyos; aquí casi todos los vecinos perdimos nuestras casas, sólo quedaron toneladas de escombros que nada más miramos al entrar y salir, porque nadie quiere tocarlo. Es triste todo esto.

Los hermanos de la Cruz Castillo reposan bajo una mecedora que colocaron de forma provisional en el patio. Las pocas ropas que pudieron sacar las tendieron en camas de henequén y ahí las orean bajo el sol.

En las paredes fisuradas colocaron fotografías. Juan las observar y lagrimea. Ahí esta mi recuerdo, todo se perdió, pero estamos vivos. En mis 75 años nunca había sentido un temblor de esta magnitud, fue muy fuerte.

En esta comunidad zapoteca que reúne cerca de 10 mil habitantes, las personas duermen afuera ante el temor de otro sismo. Ahí han pasado todo el día, se acuestan y comen, platican y ríen a la intemperie.

El puente que comunica a Unión Hidalgo con Juchitán está dañado y se ha suspendido el tránsito vehicular. Los pobladores piden a las autoridades apoyo para repararlo.