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Fernández desea orientar a novatos para que no les vean la cara

Crear ídolos servirá al avance del automovilismo mexicano

El país puede convertirse en un semillero de pilotos, considera

 
Periódico La Jornada
Martes 1º de marzo de 2016, p. a10

El cuerpo del piloto Adrián Fernández es una biografía herida. En 32 años de trayectoria, la hoja de vida del corredor registra éxitos en las categorías Indy y Champ Car, pero también los accidentes de un pionero del automovilismo mexicano que no pudo llegar a la Fórmula Uno.

En ese recuento profesional quedan las huellas de lesiones en la espalda, la cadera quebrada, una vértebra comprimida y una muñeca rota. Fernández recuerda que no podía subir o bajar con rapidez de los prototipos por los dolores que padecía en las articulaciones. Y como suele ocurrir a los precursores, su sacrificio sirvió para gestar un mundo para que otros, las generaciones posteriores, gozaran de mejores oportunidades.

Tuve una carrera envidiable, dice con nostalgia al volver al remodelado autódromo Hermanos Rodríguez, donde será Grand Marshall del e-Prix en la categoría Fórmula E, de monoplazas eléctricos. Por años la prioridad fue el automovilismo y hoy tengo que aprovechar el tiempo perdido; la prioridad en este momento es mi familia.

Estuvo algunos años alejado de las pistas y la velocidad, pero la experiencia acumulada durante tres décadas le exigía hacer algo por los jóvenes pilotos, sobre todo cuando el automovilismo mexicano pasa por un momento de esplendor, percibe Fernández.

Tengo tanto que enseñar a los pilotos jóvenes mexicanos, para que no les vean la cara y puedan ser más eficientes en sus carreras. Puedo jugar un papel importante y aprovechar los contactos, dice sin presunción.

Estamos viviendo la mejor época del automovilismo mexicano. A escala internacional tenemos cuatro de las mejores competencias del mundo y hay que cuidarlas.

Este momento especial se alimenta con el retorno del Gran Premio de México, el surgimiento de una generación de talento joven y un par de mexicanos en la Fórmula Uno (Sergio Pérez y Esteban Gutiérrez), signos que a Fernández le hablan de un futuro prometedor.

Debemos seguir creciendo y ser un semillero de pilotos; así como Brasil en su época, comenta. Crear ídolos en el automovilismo para que este deporte siga su desarrollo. Hace falta crear estas estrellas para que cautiven a nuevas generaciones.

Fernández sostiene que para evitar que esta oportunidad se desperdicie no sólo hay que mantener el circuito de competencia formativas para los jóvenes pilotos, sino garantizar su evolución. Por ejemplo, cómo hacer para que los chavos en F-4 no se queden ahí, sino que puedan brincar a una F-3 europea y de ahí seguir hasta la máxima categoría.