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Negocios y empresas

China, opción para México

A

nte las nuevas amenazas de Donald Trump contra México, un acercamiento de López Obrador con China puede cambiar la correlación de fuerzas en las negociaciones. Washington deja poco margen en su estrategia proteccionista y México no puede ni debe cambiar su política migratoria de la noche a la mañana para complacer a su vecino.

Es cierto que la amenaza del presidente de Estados Unidos tiene que ver con su relección, pero también que muchas de sus amenazas las cumple, tal como sucedió con los impuestos al acero y el aluminio.

En caso de que el equipo de negociación mexicano no logre un acuerdo el miércoles próximo, nuestro país puede acercarse a China. Si hay algo que preocupa al gobierno de Estados Unidos es que Xi Jinping tome fuerza en América Latina.

Hay dos proyectos que son prioritarios en la geopolítica internacional. El primero es el de la tecnología y el segundo es el de la creación de infraestructura. La fuerza que han ganado las empresas chinas en la llamada 5G (la siguiente generación en tecnología de redes) pone en riesgo el liderazgo de Estados Unidos en este campo estratégico. Una prueba de ello es la guerra que Washington declaró a Huawei por el control de Internet. Si Trump y las firmas tecnológicas de Estados Unidos la pierden, el control de ese sector estratégico pasaría de manera paulatina a China.

El otro tema sobre el que Pekín está muy interesado es la expansión de su poder a través del desarrollo de infraestructura, con inversiones multimillonarias en proyectos como carreteras y ferrocarriles. En la construcción de ese tipo de obras, bajo el concepto de la Nueva Ruta de la Seda, las empresas y el gobierno de China ofrecen precios incomparables, con el apoyo de los principales bancos de ese país. Un ejemplo de ese tipo de proyectos es el del tren rápido México-Querétaro, que se canceló debido a los graves problemas de corrupción ligados a Enrique Peña Nieto.

Si México saca esas cartas en su negociación con Washington, la correlación de fuerzas puede cambiar. A un provocador como Trump hay que atacarlo en sus mismos términos y, si se percibe que pone en riesgo la seguridad de su país, las negociaciones favorecerán a México.