Opinión
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Balance de la Jornada

¿Qué tal una dupla en el ataque Cuauhtémoc-Osorno?

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Pesar del Guille Franco tras la caída ante los salvadoreñosFoto Reuters
J

avier Aguirre cobrará 4 millones de dólares por siete partidos, los que restaban del hexagonal a su llegada. Ya perdió uno, quedan seis. Firmó contrato pero estuvo más tiempo en Europa y en Miami y sólo trabajó unos cuantos días en el CAR antes del compromiso frente al equipo de Carlos de los Cobos, que, en contraparte, llevaba dos meses alistándose para vencer a México.

El revés dio la razón a quienes estimaron que la primera lista de Aguirre (con pinceladas de Mario Carrillo y Manuel Vidrio) era equivocada. Muchos jugadores, que sólo calientan el banquillo en Europa o que venían de lesiones y hasta de vacaciones, exhibieron su falta de ritmo, fue el caso de Ricardo Osorio, Nery Castillo, El Maza Rodríguez, Pável Pardo y Gerardo Torrado, entre otros.

El seleccionador ya conocía la fórmula para entrar al ruedo al cuarto para la hora y coger al toro por los cuernos. La anterior ocasión recurrió al Cruz Azul y le funcionó. Bien pudo haber hecho una interesante mezcla entre los finalistas de la liguilla: Indios, Puebla, Pachuca y Pumas, más una que otra incrustación. ¿Qué tal un ataque con Cuauhtémoc Blanco y Daniel Osorno?

Los años pasan y no aparece en el horizonte alguien cuyas cualidades se aproximen a las del Cuau, prueba irrefutable de que los clubes utilizan el romántico lema de ‘trabajo en fuerzas básicas’ para crear franquicias y ganar dinero. Casi siempre esperan que los niños y jóvenes vayan a ellos, pero no buscan talentos que deben sobrar en un país con más de 100 millones de habitantes.

Televisa y TvAzteca tiemblan porque si la selección no va al Mundial se generarían pérdidas de alrededor de 50 por ciento (más de 100 millones de dólares, según expertos) en sus ventas de anuncios publicitarios. Son las empresas más interesadas en que se logre la clasificación, claro, sólo por amor a sus ingresos y no para apoyar a un deporte que les ha dado demasiado y en el que han invertido tan poco.

Los patrocinadores del Tri, Banamex, Toyota, Movistar y Adidas, empiezan a sufrir reveses por la falta de resultados. Tras la debacle en el Cuscatlán la institución bancaria recibió el sablazo porque le tocó anunciarse con la imagen del Vasco Aguirre, en este momento todo –cosmopolita, carismático, buen conversador e ingenioso–, menos ganador.

Últimamente a las televisoras no les ha ido bien en el tema futbol y la selección no ha sido la excepción. América sumó cuatro torneos sin liguilla y no le atina con los técnicos, directivos ni refuerzos. San Luis pasó sin pena ni gloria el torneo, mientras Necaxa se fue al descenso. Morelia, pese a sus cambios de timonel, tampoco clasificó.

Hay otro personaje que calla y reflexiona. Jorge Vergara, quien por ahora tiene las riendas del Tri en la mano, ha dilapidado millones de dólares en técnicos de renombre y poca efectividad. El sueco Sven-Goran Eriksson se embolsó 7 millones de dólares. Por cierto, las Chivas tampoco avanzaron a la liguilla y se anunció un retraso en la inauguración de su nuevo estadio.

Habría que saber cuánto ha gastado una Costa Rica que ya acaricia el boleto a Sudáfrica, o Estados Unidos que avanza a paso firme, o cuánto cobra Carlos de los Cobos, un estratega mexicano que se autoexilió por el grave pecado de haberle ganado una demanda a Televisa, que lo vetó vía el ‘pacto de caballeros’.

Tras la derrota frente a El Salvador llueven quejas, acusaciones y críticas. Tal estado de molestia y frustración durará sólo unas horas, hasta que el equipo mexicano golee a Trinidad y Tobago en su reducto, el estadio Azteca. Entonces de nuevo vendrá el olvido y se continuará el camino por la ruta de la improvisación y de las metas con miras cortas.

Enrique Meza volvió al Cruz Azul y dejó en el aire muchas incógnitas por su extraña salida del Pachuca. Lo único claro es que la fórmula es trabajo y paciencia, como la tuvieron con él las directivas de Toluca y Pachuca, a las que retribuyó con títulos.