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Ultranacionalistas marchan en Rusia
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 5 de noviembre de 2009, p. 25

Moscú, 4 de noviembre. La mayoría con la cabeza rapada y otros atributos de inequívoco signo neonazi, los ultranacionalistas rusos salieron a la calle este miércoles para arremeter contra los inmigrantes y reclamar, como solución a todos los males que padece Rusia, que cada patriota adquiera armas para combatir a los extranjeros ante la pasividad de las autoridades que, en su opinión, nada hacen para proteger a la nación rusa.

Cada año, desde que el Kremlin decretó que el 4 de noviembre sea Día de la Unidad del Pueblo, nueva fiesta nacional en lugar de la revolución bolchevique de 1917 que se celebraba en la época soviética tres días después, los grupos de extrema derecha realizan esta fecha ostentación de impunidad y xenofobia.

También cada año, las autoridades tratan de diluir el impacto mediático de la Marcha Rusa, como le llaman los neonazis, con mítines de apoyo al gobierno y conciertos al aire libre para abundante público convocado por las organizaciones juveniles de Rusia Unida, el partido oficialista.

En esta ocasión, ciertamente, se denegó la autorización a los ultranacionalistas para desfilar por céntricas calles de Moscú y se les ofreció como alternativa Liublino, un distrito marginal de la capital rusa.

Ahí se dieron cita cerca de tres mil militantes de extrema derecha, casi todos jóvenes, que gritaron encendidas consignas xenófobas y racistas y vitorearon a Dimitri Demushkin, dirigente máximo de la Unión Eslava, uno de los grupos convocantes de la Marcha Rusa, cuando exhortó a sus seguidores a comprar armas para librar una guerra contra los extranjeros que entran ilegalmente y que, según él, tratan de apoderarse de Rusia, desplazando a los rusos en todo, aparte de que cometen 70 por ciento de los asesinatos y violaciones en el país.

Aunque todavía no es noticia confirmada de modo oficial por ser aquí feriado, trascendió precisamente hoy, por simple casualidad o tal vez no, y se hizo con toda la intención para advertir a los nacionalistas más radicales que la tolerancia de las autoridades tiene límites, que dos miembros de la proscrita Unidad Nacional Rusa (RNE, por sus siglas en ruso) se encuentran detenidos como presuntos responsables del asesinato del abogado Stanislav Markelov y de la periodista Anastasía Baburova, joven reportera de Novaya Gazeta.

De acuerdo con filtraciones a la prensa local, uno de los servicios secretos de Rusia esclareció por completo dicho crimen, ocurrido el 19 de enero de este año, en la céntrica calle Prechistenka de Moscú, poco después de que el abogado había ofrecido una conferencia de prensa sobre los casos que estaba llevando, varios de ellos relacionados con violación de los derechos humanos en el Cáucaso del Norte.

Se asegura que hay pruebas de que los imputados de la RNE mataron como venganza a Markelov, quien era un reconocido abogado de víctimas de crímenes de guerra y de ataques xenófobos, y que Baburova, que decidió acompañar al abogado para hacerle un par de preguntas más, recibió un tiro en la cabeza cuando intentó agarrar del brazo a uno de los sicarios que se aproximó a Markelov casi corriendo para dispararle a quemarropa por la espalda.

Aleksandr Barkashov, antiguo líder de la RNE, difundió esta noche un comunicado en el que desmiente cualquier implicación en ese asesinato de miembros de la ahora prohibida organización.

La RNE nunca ha matado a nadie. Que busquen mejor a quién benefició la muerte del abogado y la periodista, sostiene.