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Presentaron libro del periodista cultural

Evocan la viveza de la llama de Jorge Luis Espinosa
 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de noviembre de 2009, p. 6

Como un reportero de lo imposible, de lo inalcanzable, periodista dinámico, vivaz y puntilloso, forjado en la vieja escuela del quehacer reporteril, con un amplio bagaje literario; honesto y curioso, sonriente y dicharachero, así recordaron al colega y amigo chiapaneco Jorge Luis Espinosa, recientemente fallecido, en la presentación de su libro En memoria del fuego, que en homenaje se realizó la noche de este jueves en la librería Rosario Castellanos.

Seis colegas y editores se reunieron para hablar con afecto y reconocimiento del trabajo y la trayectoria periodística de Espinosa, quien se inició en el diario unomásuno, a finales de los años 70 y principios de los 80, donde forjó, como a él mismo le gustó decir, en el horno de todos los días, sus primeros fuegos, sus primeros trabajos periodísticos con firme vocación: la pasión por la literatura que tanto amó y a la que dedicó más de dos décadas.

Alegría Martínez, su editora en unomásuno; Héctor de Mauleón, en el periódico El Independiente; Jorge Cisneros, en Milenio Diario; José Luis Martínez, en el suplemento literario de Milenio; María Elena Matadamas, en El Universal, y Víctor Manuel Torres, en el Fondo de Cultura Económica, ante familiares, colegas y amigos, entre ellos Consuelo Sáizar, e invitados, recordaron su trabajo y amistad, desde sus primeras labores como auxiliar de redacción hasta convertirse en uno de los más destacados reporteros de la fuente cultural, en particular en la de literatura.

“Tenía un secreto poder de seducción con los escritores y con los funcionarios culturales para lograr el primer encuentro, para que las vacas sagradas le dijeran sí. Pocos llegaban a resistirse a ser entrevistados por él, pero una vez logrado el cometido y publicado su trabajo, se volvían entrevistados frecuentes, algunos hasta sus amigos. Los escritores le quedaban agradecidos, no así todos los funcionarios”, apuntó Martínez.

Los editores aprovecharon la ocasión para deplorar que hoy día en el país los espacios para el periodismo cultural se estrechan o desaparecen en la mayoría de los medios, cuando el predominio de la imagen exige la escritura de textos enanos, cuando parece que no existe otra agenda que la de las instituciones públicas o empresas privadas, o en otros casos debido a fuertes condicionamientos comerciales.

Publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en su colección Periodismo Cultural, En memoria del fuego recopila una serie de crónicas, entrevistas y reportajes de los pasados diez años de trabajo de Jorge Luis Espinosa, quien en su nota introductoria expone su definición de la pasión que encarnó: El periodismo es fuego de todos los días. Tiene la viveza de la llama, pero, como ella, pronto se convierte en ceniza y va al depósito de la historia diaria, aquélla de la que pocos o nadie se acuerdan, porque otra llamarada se ha prendido y atrae al instante la mirada del lector.