jornada


letraese

Número 161
Jueves 3 de diciembre
de 2009



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate



editorial

Joaquín Hurtado

Diecisiete y contando

Oportunistas, los políticos del PRI han tejido inconfesables relaciones de mutuo beneficio con los más rabiosos poderes eclesiales y del PAN. Así han podido demoler la mitad del techo laico de este país. Los Congresos estatales han decretado leyes que criminalizan radicalmente la interrupción del embarazo. Diecisiete estados y contando. El más reciente fue Veracruz. Semejante victoria ultraconservadora ha creado una monstruosidad ética y legislativa, impidiendo a las mujeres abortar de manera legal y segura porque el óvulo fecundado tiene los mismos derechos que una persona plena.

¿Esas leyes lograrán disuadir a las mujeres que pretendan suspender el proceso de gestación?
Familiares, amigas, compañeras, cada una ha ido desgranando algún secreto y lúgubre pasaje de su biografía reproductiva, de su tragedia de ser mujer en un país de tinieblas. Yerbas, legrados insalubres, pastillas tóxicas, objetos insólitos, han sido empleados como último recurso cuando ellas han optado por deshacerse de un producto no deseado. Ya tomada la dificilísima decisión nada ni nadie las detiene, ni el riesgo de perder su propia vida. Ninguna lo ha contado con orgullo, ninguna lo ha declarado como hazaña, mucho menos con arrepentimiento.

Marta dijo que lo hizo por miedo a la expulsión del seno familiar, Ángeles lo decidió por la situación económica que atravesaba como madre soltera, Samantha se fue a Texas porque había serios riesgos a su futuro laboral, Victoria casi muere desangrada después de que había sido víctima de violación. Lola, una compañera maestra, llevó a su hermana de catorce años con un médico que la amenazó con denunciarla, incluso trató de extorsionarla con favores sexuales. Putas, hienas, malas madres, pinches viejas calientes, de ese pedestal de infamia no las bajan.

Hace algunos años Gerardo Garza Sada, un quebrado empresario metido a político, en medio de una discusión sobre este tema dijo frente a cámaras y micrófonos de todo Monterrey: “la violada, violada se queda, de lo que se trata es de salvar a los bebés a como dé lugar”. Los ilusos activistas de los derechos reproductivos dijimos que semejante barbaridad sería la tumba política del funcionario panista. No sólo lo aplaudió la más rancia casta de prosapia vaticana, sino que el electorado lo premió con la alcaldía del municipio más próspero de México, San Pedro Garza García.

Don Gerardo volvió en menos de un lustro a su vida de opulencia en el mismo ayuntamiento cuyo actual alcalde, Mauricio Fernández Garza-Sada, ha creado escuadrones de la muerte para combatir la inseguridad que nos agobia en tiempos tan oscuros. Diecisiete y contando.


S U B I R