Sociedad y Justicia
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Critica el brasileño a países que esperan la apuesta de los otros

No venimos a la cumbre a una partida de póquer, señala Lula

Rodríguez Zapatero: China y EU no pueden eludir su responsabilidad

 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de diciembre de 2009, p. 36

Copenhague, 17 de diciembre. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, afirmó este jueves aquí que la conferencia de Copenhague no es una partida de póker en la que cada uno actúa en función de las apuestas de los demás, frente al estancamiento de las negociaciones que impide adoptar un nuevo acuerdo mundial de lucha contra el cambio climático el día previo a la clausura.

Esta conferencia no es un juego en el que cada uno puede esconder sus cartas en la manga, afirmó Lula y advirtió que si esperamos a que nuestros socios hagan sus apuestas, podemos descubrir que es demasiado tarde y todos seremos perdedores.

Lula llamó a los países industrializados a comprometerse con ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de gas de efecto invernadero, y aseguró que las naciones subdesarrolladas ya están incrementando sus acciones de mitigación, incluso en ausencia de financiamiento internacional.

Brasil presentó su compromiso de reducir entre 36 y 39 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global, respecto a la proyección de lo que emitiría en 2020 si no se hiciese nada para atajarlo.

Algo más de la mitad de ese esfuerzo pretende conseguirlo reduciendo 80 por ciento la deforestación amazónica, acciones que le costarán al país un total de 160 mil millones de dólares, es decir 16 mil millones de dólares al año hasta 2020, explicó.

Tras su presentación, Lula calificó de inaceptable que los países menos responsables del cambio climático sean las primeras víctimas, y para ello, recordó, se necesitan fondos de ayuda internacional que deben contar con una importante participación de los Estados.

En su oportunidad, el presidente de Bolivia, Evo Morales, declaró que no se logrará llegar a un acuerdo debido a las profundas diferencias entre países, y consideró necesario convocar a un referéndum popular mundial para que la población de la Tierra opine sobre si quiere un modelo alternativo al capitalista.

En su participación en el plenario, Morales culpó al capitalismo del Holocausto climático que padecen muchas naciones pobres del planeta, especialmente las africanas.

El pesimismo de Morales sobre un fracaso de la cumbre, organizada por las Naciones Unidas, fue compartido por otros jefes de Estado y de gobierno. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, advirtió durante su participación en la conferencia que si no se cambia el rumbo de las negociaciones, se avanza hacia el desastre.

Desde Berlín, la canciller alemana, Angela Merkel, expresó también su preocupación por la posibilidad de un fracaso de la cumbre, mientras que el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, estimó que un pacto político desprovisto de sentido sería peor que regresar con las manos vacías.

Durante la jornada, en aras de despejar el terreno y calmar los ánimos, Dinamarca desistió de presentar su propio texto y precisó que la negociación se concentrará únicamente en los dos documentos redactados por los grupos de trabajo de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Las negociaciones se encuentran estancadas, entre otras razones, por la disputa entre Estados Unidos y China, los dos grandes contaminadores. El primer ministro chino, Wen Jiabao, se ha comprometido a que su país reduzca sus emisiones de CO2 en función del PIB (la denominada intensidad carbono), pero ha rechazado las peticiones para una verificación de esas promesas por terceras partes (independientes).

A lo que sí se comprometió hoy China fue a recortar sus emisiones de CO2 de forma transparente, aunque reiteró que no aceptará la supervisión de ningún organismo internacional. China consideraría las inspecciones de un ente internacional como una injerencia en sus asuntos internos.

En su intervención ante el plenario, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que ni China ni Estados Unidos pueden permitirse un fracaso de esta cita histórica; ni pueden eludir su responsabilidad ante el mundo.

Mientras, los asistentes a la cumbre esperan con ansiedad la llegada, prevista para mañana, viernes, del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien podría dar impulso a un acuerdo junto con Jiabao.

La secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, entre tanto, anunció en su intervención una contribución de su país para un fondo global de 100 mil millones de dólares hasta 2020, necesario para que los países pobres del planeta puedan luchar contra el cambio climático, lo cual el Grupo de los 77 países en desarrollo considero insuficiente. La UE ha propuesto un fondo mundial de 150 mil millones de dólares.

Más tarde, en rueda de prensa, Clinton señaló que un fracaso para alcanzar un acuerdo con China sobre la transparencia de las emisiones de gases invernadero podría ser motivo de ruptura para Estados Unidos en las conversaciones del clima.

India, entre tanto, descartó aceptar una acuerdo sobre el calentamiento global que impida a millones de personas salir de la pobreza, pero se declaró dispuesta a hacer más para contribuir a reducir las emisiones de dióxido de carbono, siempre y cuando se alcance un acuerdo para dar apoyo económico a países en desarrollo.