Opinión
Ver día anteriorLunes 27 de septiembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Toros
Jóvenes: ahora o nunca
L

a próxima semana se inicia la feria de Zaragoza de corridas de toros que pone fin a la temporada española. Una temporada que estuvo marcada por la cornada sufrida por el diestro madrileño José Tomás en la plaza mexicana de Aguascalientes. Cornada que lo retiró temporalmente de los redondeles. Herida tan grave que probablemente lo margine a su vez de la temporada mexicana que se iniciará alrededor de la primera semana de noviembre. Con la ausencia del diestro nacido en la provincia madrileña de Galapagar, dejará así el camino abierto a los toreros españoles, asiduos concurrentes de siempre, a la temporada de la plaza México; Enrique Ponce, El Juli, no se sabe si Morante de la Puebla, y el infaltable Pablo Hermoso de Mendoza y alguno que otro recomendado.

Es la temporada en la que se espera den la cara triunfalmente los jóvenes toreros mexicanos que se han estado preparando en España. Algunos de ellos con éxitos en algunas tardes, pero sin acabar de despuntar: Arturo Macías, Octavio García El Payo (recuperándose aún de terrible cornada la temporada pasada) Joselito Adame, Arturo Saldívar, Pablo Sánchez y Diego Silveti, que ha llamado la atención.

Los aficionados de toda la vida, a la espera de que los toreros mexicanos den el salto y no los detenga nadie. Anuncien la resurrección del toreo mexicano en agonía. Vibren por patios y plazas de toros en tardes triunfales. Opongan al influjo de la omnipotencia el colocarse en el sitio adecuado a la distancia justa y realizar el toreo de siempre: el de parar, templar y mandar. Dejen las ilusiones de ser dioses siempre pendientes de los vaivenes de la fiesta que terminan en el caos y los llevan a la desesperación.

No llegar a ser uno más de la interminable lista de toreros que dejaron su oportunidad en esperar oportunidades que luego se desaprovechan y terminan en profundos desgarrones sicológicos (depresiones crónicas). No se vuelvan uno más de esa procesión de fantasmas, resto del extravío y el terror de no hacerla. No se dejen llevar por imprecisos resultados de una fuerza desconocida, difícil de definir y es la llamada; personalidad. Que se tiene o no se tiene.