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Hay una transformación radical, dice Elisa Bonilla, del sello SM

La literatura para niños, diversa y de calidad, cada vez tiene más lectores
 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de octubre de 2010, p. 6

En México leemos más de lo que se cree, afirma Elisa Bonilla, directora de contenidos y servicios educativos de Ediciones SM-México, sello que este año celebra tres lustros en nuestro país.

“En las dos décadas recientes –subraya Bonilla– se ha fortalecido en México el mercado editorial de los libros de literatura infantil y juvenil. Los cambios han sido radicales y ahora también tenemos autores mexicanos, que antes no había, además de una gran diversidad y calidad en los libros destinados a este sector.”

El sello celebró su aniversario número 15 en el país con la entrega de los premios Barco de Vapor y Gran Angular a Pablo Mata Olay y Fidencio González, respectivamente, así como la inauguración de la muestra Hola querido enemigo, en el Museo Interactivo de Economía.

En verdad, añade la editora, leemos más de lo que creemos, más de los 2.9 libros al año que se promedió en la Encuesta Nacional de Lectura de 2006. “Cuando revisas la tipología ves que los niños que están en las escuelas son los más lectores con una media de seis libros por año, y también rompe esa encuesta con el mito de que la computadora impide leer porque quienes más la usan también son los que más leen.

Si usamos las cifras y vemos los datos duros, creo que en este país sí se lee cada vez más, pero eso no quita que tengamos que seguir haciendo muchas acciones desde los sectores público y privado, las organizaciones de la sociedad civil, todos juntos pero con una visión más positiva y no permanentemente negativa.

Premios y novedades

En los pasados 20 años, ha habido una transformación radical de los libros para niños en México, hay una diferencia abismal: hoy encuentras una gran diversidad, una gran calidad en la literatura infantil, y también hay más lectores porque en castellano se publican unos 10 mil títulos anualmente para niños y muchos de esos están en México, sea porque se editaron aquí o se importaron, explica Bonilla, quien también está al frente de la Fundación SM.

En las librerías cada vez hay un espacio para niños mejor acondicionado, eso quiere decir que también hay más lectores; hay más niños que buscan y padres que están dispuestos a comprar libros a sus hijos. Podemos ver una transformación de fondo importante.

Desde hace 15 años, la editorial convoca en nuestro país los premios Gran Angular y Barco de Vapor, que son al mismo tiempo el nombre de las colecciones pilares del sello. Los premios, dotados de 150 mil pesos cada uno, se iniciaron como una forma de ganar autores para la literatura infantil y empezar a publicar a escritores mexicanos. De ahí han salido narradores que ahora ya son muy conocidos y para nosotros eso es lo más importante.

Tan solo este año, la editorial planea lanzar al mercado 70 novedades editoriales, lo doble de lo que se ha publicado en años anteriores. Generalmente publicamos la mitad pero se dio la oportunidad de sacar todas esas novedades e hicimos una revisión del catálogo. Ahora el catálogo se amplía con libros de poesía –para el próximo año– teatro, se fortalece la parte informativa y los títulos clásicos desde El Quijote hasta Los empeños de una casa, de Sor Juana que se publicará próximamente.

La editorial ha tenido en estos 15 años un desarrollo muy rápido. Somos una de las primeras editoriales en lo que se refiere a libros para niños y también en textos educativos. Esta editorial no tiene accionistas, por lo que las ganancias van a dar a la fundación y ésta realiza actividades encaminadas todas a la educación. La razón de ser de SM es la educación, decimos que educar es todo, porque a través de los libros, sean de educación, de esparcimiento, tenemos que ser un negocio rentable vendiendo esos libros y con lo que ganamos hacemos tareas educativas. Esa es la tarea de la fundación y tiene cuatro líneas: la formación de profesores, la lectura y literatura infantil y luego el trabajo con los que menos tienen.

Aún con la crisis económica los libros se venden, afirma Elisa Bonilla. A lo mejor es porque en los momentos de crisis uno necesita escapar un poco y leer es una especie de escape, te mantiene en otra realidad.