Puerto Príncipe, 1º de febrero. Brasil reducirá parcialmente la presencia de sus tropas asentadas en territorio haitiano de 2 mil 200 a mil 900 efectivos que forman parte de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), anunció hoy la presidenta brasileña Dilma Rousseff a su llegada este miércoles a esta ciudad para una visita de 24 horas.

La mandataria, procedente de Cuba, fue recibida por su par haitiano, Michel Martelly. Discutieron en primer término sobre temas migratorios y de cooperación, pues desde el terremoto de 2010 en el país caribeño muchos haitianos han emigrado a Brasil en busca de trabajo.

Brasilia anunció el lunes su decisión de destinar 500 mil dólares para ayudar a unos 4 mil inmigrantes haitianos indocumentados que han llegado a Brasil en los últimos meses, y que recibieron recientemente el estatus de residentes permanentes.

Rousseff dijo que su gobierno está abierto a recibir ciudadanos haitianos que opten por buscar oportunidades en Brasil, pero combatiendo las redes criminales de intermediarios.

La presidenta nos prometió que serán asignadas mil 200 visas a haitianos que permitirán a connacionales ir a Brasil sin pasar por estafadores, declaró a su vez el mandatario Martelly.

Roussef también se comprometió a construir alojamientos de tipo social para los desplazados del terremoto.

Asimismo, ambos evaluaron la agenda bilateral, con énfasis en los procesos de reconstrucción y desarrollo económico y social de la nación caribeña. Brasil quiere contribuir al desarrollo de Haití, en forma permanente y sostenible, dijo la presidenta.

Al terminar el encuentro, Rousseff partió hacia el cuartel donde se encuentran los militares brasileños miembros de la Minustah, donde hizo el anuncio de una disminución de 300 efectivos. Brasil encabeza actualmente ese contingente de varios países.

La fuerza de los cascos azules fue establecida por el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas en febrero de 2004, tras el derrocamiento del presidente Jean Bertrand Aristide y su expulsión del país.

En tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) criticó al gobierno haitiano por la decisión de que el ex dictador Jean Claude Duvalier sea enjuiciado sólo por corrupción y no por violaciones a los derechos humanos que, recordó, son imprescriptibles.