Cuando faltan casi dos meses para el arranque formal de las campañas políticas para el relevo en Los Pinos, la exigencia derivada de las numerosas quejas presentadas ha provocado que hasta ahora el Consejo General del Instituto Federal Electoral haya celebrado ya 22 sesiones, cifra superior a todas las que se realizaron durante las elecciones presidenciales de 2000. Este número también es ya muy cercano a las 32 sesiones que tuvieron lugar en los comicios del 2006, según dio a conocer el consejero presidente, Leonardo Valdés.

Durante la sesión extraordinaria, el Instituto Federal Electoral aprobó ayer casi una decena de dictámenes relacionados con quejas de las principales fuerzas políticas entre sí, que derivaron en una exoneración generalizada de los actores políticos denunciados, prácticamente sin debate.

Ni el aspirante de la coalición Compromiso por México, Enrique Peña Nieto, fue encontrado responsable de actos anticipados de campaña por su activismo público en el periodo de precampañas, como demandaba el Partido Acción Nacional (PAN), ni al precandidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, se le consideró responsable de incurrir en actos anticipados de campaña por la colocación de espectaculares del Partido del Trabajo donde aparecía su figura.

De igual forma, ni la precandidata panista Josefina Vázquez Mota tuvo responsabilidad en presuntos actos de campaña por promocionales sobre su participación en la feria del libro de Tabasco, ni su correligionario y contrincante en la elección interna, Ernesto Cordero, incurrió en irregularidades al acusar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de ser responsable de la crisis económica de 1994.

Casi al inicio de la sesión, en el marco de la aprobación de Benito Nacif como nuevo presidente de la Comisión de Quejas del IFE, el consejero presidente hizo un apretado resumen de las complejidad creciente del arbitraje electoral y su repercusión en la sobrecarga de trabajo.

Valdés mencionó que en 1991 el IFE sesionó en 19 ocasiones; en 1994, en medio de la compleja elección presidencial, lo hizo sólo 21 veces, y en 1997, en 18 ocasiones.

En 1997 y 2003 sesionaron en 18 ocasiones cada una y en 2006, un proceso competido, el más competido en elección presidencial en nuestro país, el Consejo General sesionó 32 ocasiones y parecía que habían sido muchas sesiones.

Ya en 2009, aprobada la reforma electoral, se advertiría la tendencia creciente con 88 sesiones, producto de las nuevas atribuciones del IFE y la complejidad del arbitraje electoral, sostuvo.