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Aprovechó la última oportunidad que tenía de clasificar a Londres

Arantxa Chávez transformó su hiperactividad en un pase a JO

Tras casi 15 años de prácticas la clavadista cumplió una de sus metas

 
Periódico La Jornada
Martes 17 de abril de 2012, p. a15

La hiperactividad la llevó a los clavados, aunque la constancia y firmeza de sus decisiones para alcanzar sus anhelos la han puesto en camino a Londres 2012. Competencia en la que Arantxa Chávez está segura de que convencerá a los jueces, porque tiene facilidad para su disciplina y disfruta el momento en que su cuerpo crea piruetas en el aire.

El trampolín la esperaba; una mezcla de nerviosismo y determinación la acompañaban en la concentración previa al salto. La impulsó el deseo de lanzarse al vacío como escenario de acrobacias y hundirse en el agua con una técnica practicada durante años.

Segundos más tarde su cuerpo realizaba dos vueltas y media en posición B, salto que le valió la puntuación necesaria para dejar atrás a la veracruzana Dolores Hernández en el Campeonato Nacional de Clavados, que se llevó a cabo el sábado pasado, y de esta manera conseguir el pase olímpico.

Inició desde temprana edad

Me inicié (en clavados) porque a mi mamá le decían que yo era hiperactiva, que me metiera a hacer otra cosa para que me cansara y estuviera más tranquila. Me llevaron a nadar, pero aprendí muy rápido, así que me dieron a elegir entre los deportes acuáticos, dice la joven de 21 años al recordar sus primeras experiencias en el trampolín.

Los saltos a un cubo de agua era una disciplina de la cual no tenía conocimiento alguno. A sus seis años le inquietaba experimentar la sensación de arrojarse al aire: Elegí clavados sin saber lo que era.

Arrojarse desde un trampolín se ha convertido en su vida. No me imagino sin los clavados, asegura la deportista nacida en la ciudad de México, pero que desde los 14 años radica con autonomía en la capital de Jalisco, donde ahora estudia la universidad. Confiesa que combinar los entrenamientos y levantarme temprano es lo más complicado de su estilo de vida.

Me fui porque a mi entrenador (Iván Bautista) le dieron trabajo allá (Guadalajara). Yo quería seguir practicando con él, por eso les pedí permiso a mis papás de irme. Esta decisión la ha ayudado no sólo a conseguir un alto nivel como clavadista, sino también una maduración en su carácter que se refleja en la mirada y en la firmeza de sus respuestas.

Mi familia me apoya en todo lo que yo quiera, así que sin importar los resultados me dijeron que diera lo mejor de mí, dice con la vista fija en la piscina, como si a cada momento la invitara a zambullirse.

Arantxa, la quinta clavadista que llegará a la justa veraniega bajo la guía de Iván Bautista, había perdido toda esperanza de convertirse en seleccionada olímpica, luego de su ausencia del selectivo para los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y no haber clasificado a la Copa del Mundo en Londres.

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Arantxa Chávez confesó que no sabría qué hacer sin los clavadosFoto cortesía de la deportista

Al vivir alejada de su familia en un centro de talentos deportivos en Guadalajara, Arantxa enfrentó sola ambas decepciones deportivas, tras las cuales ya había comenzado a resignarse y a pensar en la siguiente justa, Río de Janeiro 2016.

Fue muy difícil, porque era pensar: le sigo o no. Y mis papás me decían: como tú quieras. Era mi propia decisión.

En el Campeonato Nacional yo esperaba lo que fuera, bueno o malo, venía con la idea de hacer mi mejor esfuerzo y lo que obtuviera iba a ser bueno. Así que la tercera fue la vencida, señala la clavadista respecto de la manera en que consiguió su boleto a Londres 2012, al tiempo que esconde las manos en las bolsas de una sudadera rosa pálido y una sonrisa desbarata su expresión formal.

Aunque aclara que la idea de abandonar esta disciplina deportiva no cruzó por su mente antes de conseguir su pase a Juegos Olímpicos, la próxima representante de México en el trampolín de tres metros reconoce que hay días en los que tienes un mal entrenamiento y es cuando llegas a decir: ya no quiero seguir, pero señala que en su caso no sabría qué hacer, porque los clavados son parte de mí.

El motor de la adrenalina

–¿Qué sientes cuándo estás a punto de efectuar un salto?

–Adrenalina –responde con seguridad y entusiasmo.

Son ganas de querer hacer mi clavado, que ya lo tengo bien preparado y demostrarlo, agrega con plena emoción la competidora, quien posee entre sus logros dos medallas de plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2010.

La también estudiante de nutrición en la Universidad del Valle de México campus Guadalajara, comparte su talento deportivo con su hermano y un primo, quienes de igual manera desafían la gravedad ante un cubo de agua.

Estar sola me ha ayudado a elegir lo mejor y lo que quiera hacer. Mi padres siempre me han apoyado en lo que yo elija, es la libertad de decir sí o no, pero he acertado, dice Arantxa, la joven que tras casi 15 años en los clavados transformó su hiperactividad en un pase olímpico.

El podio en la justa veraniega, donde enfrentará a su ex pareja en nado sincronizado Laura Sánchez, es la siguiente meta que Arantxa ha elegido pero, como hasta ahora lo ha hecho, buscará consolidar su decisión para ella misma, porque está segura de que si te gusta algo, se debe plantear como meta, porque sí se puede lograr.