Mundo
Ver día anteriorJueves 13 de marzo de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
En Cataluña queremos la independencia en democracia

El plan fijo es que el 9 de noviembre se vote el referendo

No vamos hacia la insurrección ni hacia una vía ilegal, de ruptura o de un golpe de Estado. Apostamos a que la gente vote y aceptaremos el resultado sin importar cuál sea. No están rotos los canales de diálogo con el gobierno español, pero no podemos renunciar a que el pueblo decida.

Foto
Alfred Bosch, vocero de Esquerra Republicana de Cataluña en el Congreso de los Diputados de España, es uno de los dirigentes más incómodos para el poder central español por su firme exigencia de derechos democráticos para el pueblo catalán. En estos días se espera su presencia en México
Foto
Diga lo que diga Madrid, el gobierno catalán tiene facultades para aprobar su propia ley de consultas y después firmará el decreto para convocar al referendo independentista, dijo el catalán Bosch. En la imagen, manifestación frente a la Sagrada Familia, en Barcelona, en 2013Foto Xinhua
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 13 de marzo de 2014, p. 27

Madrid, 12 de marzo.

Alfred Bosch es la voz y el rostro de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) en el Congreso de los Diputados de Madrid, donde se enfrenta a diario con la mayoría absoluta –o rodillo, como le llama– del Partido Popular (PP). A los 53 años se ha convertido en uno de los dirigentes catalanes más incómodos para el poder central, por su firme exigencia de derechos democráticos para su pueblo. En entrevista con La Jornada, Bosch explicó los motivos de su viaje a México y el momento político que vive su región, que califica de histórico y crucial para el futuro.

–¿Cuál es la visión que tiene desde Madrid y como vocero de ERC del proceso de independencia de Cataluña?

–Nosotros creemos que este proceso es una ocasión para la democracia. Tenemos nuestras ideas y queremos la independencia, pero antes que independentistas somos demócratas. Entonces, no vamos hacia la insurrección ni hacia una vía ilegal, de ruptura o un golpe de Estado. Nosotros vamos a que la gente vote y aceptaremos el resultado, sea cual fuere. Es por eso que una serie partidos nos hemos puesto de acuerdo para convocar el 9 de noviembre a un referendo sobre la independencia. Y a ver qué sale...

–Existe la sensación de que hay una ofensiva desde Europa y desde España para frenar este proceso– ¿Tienen esta misma perspectiva?

–Yo creo que lo que hay es una ofensiva española que utiliza recursos y canales europeos. Es obvio que cuando Viviane Redding dijo lo que dijo sobre Cataluña, lo hizo bajo presión; incluso en la conferencia estaba Íñigo Méndez, el secretario de Estado de Exteriores, que se levantó para hablar y enmendarle la plana a Redding. Además de las presiones que se han ejercido sobre Durao Barroso, en fin... Hay una presión enorme de un Estado miembro para que la Unión Europea (UE) se declare en contra del proceso.

“Esto no es algo que nos sorprenda; lo que sí nos extraña es que ningún mandatario europeo o jefe de Estado haya condenado el proceso de independencia de Cataluña. Así como en la reciente visita de Rajoy a Obama, quien a pesar de que le preguntaron sobre el proceso tampoco se pronunció. Sospechamos que la diplomacia y la ofensiva española no están teniendo éxito.

–¿Está haciendo mella esta ofensiva española y europea en el núcleo duro de los partidos que pugnan por la consulta?

–En Cataluña quien quiere independencia la quiere igual. Y quien no la quiere, también. Por lo tanto, introducir un argumento europeo yo creo que, si acaso, nos hace daño argumental, pero sospecho que no cambia el sentido del voto de la gente. La intención del gobierno español es simplemente ensuciar el proceso sembrando miedo, inquietud, dudas y mentiras como decir que si obtenemos la independencia caeremos de la UE, del planeta Tierra y hasta del sistema solar. Yo creo que la gente lo caricaturiza así porque ve que forma parte de esa estrategia.

–Pero en el sector empresarial parece que sí hay nerviosismo, ¿no le parece?

–Parte del empresariado, que es mínima y que representa a la gran empresa, está claramente en contra. Pero la inmensa mayoría de la pequeña y mediana están por el proceso. La PIMEC, que es la principal asociación de pequeña y mediana empresa de Cataluña, hizo una encuesta interna entre sus asociados y salió una mayoría muy clara a favor de la independencia.

–¿En la hoja de ruta hacia la independencia está todo previsto o van improvisando algunos pasos, como parece en ocasiones?

–Es que en este caso sólo puede ser así, improvisando en ocasiones, porque hay imponderables. El plan fijo es que el 9 de noviembre votemos.

–¿Van con tiempo? Sobre todo tomando en cuenta que desde Madrid no cederán las competencias que se reclaman desde Cataluña...

–Eso se puede solucionar en cinco minutos, que es lo que se tarda el Congreso de los Diputados en realizar una votación. En lo que va de la legislatura de Mariano Rajoy este tema lo hemos traído 14 veces, nosotros y otros grupos, y siempre hemos obtenido un rotundo no. No hay diálogo, lo que hay es una pared infranqueable...

–¿Tienen previsto que lo sigan rechazando?

–Tenemos una última oportunidad de diálogo, de mano tendida, que es una propuesta de una transferencia de poderes al gobierno catalán para que pueda realizar la consulta y se hará alrededor de mayo. Pero el resultado es previsible.

–¿Y después qué pasos van a dar?

–Pues votaremos. El gobierno catalán va a aprobar su propia ley de consultas, para lo que tiene facultades, y después se firmará el decreto para convocar el referendo, diga lo que digan desde Madrid. No nos pueden decir que los catalanes no pueden votar.

–¿Están rotos los canales de diálogo con el gobierno español?

–No. De hecho yo hablo a menudo con ministros, diputados y gente del Partido Popular (PP). Y constato que las posiciones están enrocadas. Nuestra línea roja es que la gente mande. Nosotros no podemos renunciar a que el pueblo decida y ellos lo que nos están diciendo es que lo primero que hay que hacer es eliminar ese principio.

–¿Qué es lo que más les incómoda del Estado español: la monarquía, un gobierno como el de Mariano Rajoy, el déficit fiscal...?

–Nuestros principios independentistas no vienen de la incomodidad, sino de la firmeza, de la acepción y la convicción positiva de que somos un pueblo como cualquier otro. No somos mejor que nadie, pero tampoco somos menos, y tenemos el derecho a decidir nuestro futuro. Y se ve en la calle de forma multitudinaria y en las elecciones. Ahora lo que más nos incomoda es que nos prohíba decidir... Lo que más está haciendo crecer el independentismo en Cataluña es esa censura del poder español.

–Pero también les beneficia la decadencia de instituciones como la monarquía o las propias instituciones carcomidas por la corrupción y el despilfarro.

–Es posible. Pero no nos regodeamos por eso. A mí no me hace más feliz descubrir que la monarquía es corrupta. No me satisface descubrir que la otra gran institución del país, que es la jefatura del gobierno, está bajo sospecha de corrupción masiva. Ahora, es cierto que eso refuerza la sensación de que nosotros, por nuestra cuenta, lo haremos mejor. Y en ese sentido sí ayuda. Así como el déficit fiscal y la sensación generalizada de estafa del poder español hacia Cataluña.

–¿Qué objetivos tiene el viaje a México?

–Es un viaje de carácter político, para hablar de Cataluña, del proceso de independencia y de nuestra visión republicana de Estado. Y vamos a pedir apoyo a todo aquel que simpatice con nuestra causa y que entienda que la democracia y la libertad son causas que nos atañen a todos, de la misma manera que en su momento el cura Hidalgo hizo el Grito de Dolores.