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La artista expone Mi ser intangible en el Instituto Cultural de México en Washington, DC

Mi obra emerge del estómago, de lo más profundo de mi persona: Sandra Pani

Consta de 17 piezas, que para el crítico Alberto Blanco son radiografías de mi sique, contó

 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de julio de 2014, p. a12

El depositario de mis emociones, mi mapa síquico, así concibe Sandra Pani (México, DF, 1964) su obra pictórica, dibujística y gráfica. Con una trayectoria de al menos 26 años –su primera exposición individual fue en 1988, en la Galería Lourdes Chumacero–, para Pani el eje de su búsqueda personal gira en torno a su identidad.

He usado la disección y fragmentación de mi corporalidad para descifrar mi identidad, expresa a La Jornada en vísperas de la exposición que abrió el pasado 3 de julio en el Instituto Cultural de México en Washington, DC. Admite que al principio de su carrera estaba muy enojada con la vida en general, aunque no sabía por qué, lo supo después.

Precisa: Hay muchas cosas que he tenido que reaprender y cambiar. A lo largo de todos estos años de pintar y de este proceso de autoconocimiento he ido sanando muchas cosas. El arte, en el fondo, y aquí cito a Alberto Blanco, tiene el poder de transformar, y al primero que transforma es el autor. Llevo 20 años en análisis junguiano, entonces, estoy muy al tanto de estos procesos síquicos; es un compromiso personal muy profundo con mi propia sique. La pintura ha sido una herramienta que he utilizado en muchos momentos.

La entrevistada se expresa mejor mediante un dibujo que con la palabra: “¿Cómo me siento?, como este dibujo. Ha tomado muchos años articular qué es ese dibujo y su sensación. Pero, mi primera sensación me viene en imagen, es una manera en que me comunico conmigo misma. Creo que todas mis imágenes son representaciones síquicas mías. Curiosamente, lo dijo (el poeta y crítico de arte) Alberto Blanco un día: ‘Tus obras son como sicografías, son como imágenes radiográficas de tu sique’. Y sí, porque siento que mi obra emerge de lo inconsciente, de mi estómago, de lo más profundo de mi persona. Entonces, evidentemente mi estado se refleja en los cuadros”.

¿Atormentada? Todos somos atormentados a veces, o a ratos; es decir, hay muchas cuestiones que tienen que ver con el sufrimiento, con esta especie de lucha, de desmembramiento, aunque asegura que lo suyo es un o de tipo creativo, porque también lo hay mucho en la obra de Frida Kahlo, pero es “muy destructivo.

Foto
Sandra Pani cuenta con una trayectoria de al menos 26 añosFoto Cristina Rodríguez

El mío es un salto al vacío y un entrarle tanto síquica como artista plástica a quitar, cambiar, pero siempre hacia la luz, la resolución, no a regodearme en el desmembramiento perenne, acabar hecha pedazos y destruida.

La exposición Mi ser intangible, de 17 pinturas y dibujos, curada por Karen Cordero, se presentó el año pasado en el Instituto Cultural de México en Nueva York.

Ahora se itinera a la capital de Estados Unidos. Consiste en un diálogo entre “una pieza vieja de 2007, el óleo De flores y cuerpos, autorretrato, y obra hecha a raíz de su evocación”.

Se trata de un políptico de 20 partes que aborda la temática arriba mencionada de Pani, que le resulta inagotable, a la vez que la presencia de elementos vegetales. El juego entre pulmones, flores y traqueas hace alusión a esta unidad que hay entre el mundo vegetal y nuestra corporalidad.

En paralelo a ese diálogo, la artista empezó a producir piezas que llama velos, en la medida en que se producen por la acumulación de delgadas capas de papel. La idea surgió de las veladuras que suele emplear en su pintura. Las imágenes resultantes tienen que ver con esta búsqueda profunda de la identidad, con la esencia de las cosas. Pretendo que estos velos sean una metáfora de lo que somos: muy complejos y formados por muchas capas. Casi pensaría también en una especie de palimpsesto, de una capa en que está escrito algo, pero que se borró, aunque ya se escribió de nuevo.

De acuerdo con la entrevistada, en la presente exposición logro aprender algo que tiene que ver con los procesos síquicos. He llegado a un punto de equilibrio en que me doy cuenta de que después de estas etapas de desmembramiento, muy patentes en mi obra, en que hay todo este trabajo con el sufrimiento encarnado, siguen etapas de florecer de nuevo.

Aunque sienta afinidad con artistas en otras latitudes, “muchas veces vinculada con el body art”, por ejemplo, el énfasis está en la obra, y no en su persona.