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El certamen ya no es atractivo para muchos pintores profesionales, señalan curadores

Amateurismo y falta de calidad lastran la Bienal Tamayo

Varios trabajos inscritos resultaron insulsos, opina Patricia Soriano

A la edición anterior acudieron mil 34 artistas y ahora mil 22

Aunque hay buena participación de los estados, el DF va a la cabeza

La premiación será en diciembre, en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca

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Tres aves (de la serie Las batallas), 2014, acrílico sobre tela, 180 por 190 centímetros, de David Garza (Nuevo León, 1973), figura entre los trabajos elegidos para participar en el concurso de pintura, que mañana jueves se iniciaFoto cortesía del Museo Rufino Tamayo Arte Contemporáneo
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Vanitas #8, 2014, óleo sobre tela (díptico) de Javier Peláez Gómez (DF, 1976), fue elegido por el comité curatorial de la edición 16 de la Bienal de Pintura Rufino TamayoFoto cortesía del museo Tamayo
 
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de agosto de 2014, p. 3

¿Qué sucede con la Bienal de Pintura Rufino Tamayo?

Después de la controvertida edición de hace dos años, suspendida y a punto de cancelarse de manera definitiva, de acuerdo con muchos, el concurso lanzado en 1982 no resulta ya atractivo para buena parte de los pintores profesionales del país o no tienen confianza en los criterios para seleccionar y premiar las obras.

A un día de inaugurarse en el Museo Rufino Tamayo Arte Contemporáneo (Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec), la exposición de artistas seleccionados de la edición 16, su comité curatorial, integrado por el crítico de arte Érik Castillo, y los pintores Luis Hampshire y Patricia Soriano, hablan con La Jornada sobre el estado actual del certamen.

Uno de los cambios de la presente edición fue la creación de un comité curatorial que se encargó de seleccionar la obra de los 56 –número aleatorio– artistas finalistas. Un jurado de premiación, después de ver la exposición montada, escogerá los tres premios de adquisición de 150 mil pesos cada uno, fallo que se dará a conocer en septiembre.

La ceremonia de premiación se efectuará en diciembre en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (Maco).

El nivel de los participantes fue el punto que más acaparó la atención de los entrevistados.

Esta vez, mil 22 artistas –sin edad límite– enviaron un total de 2 mil 606 obras, cada una en imagen digital, cifra un poco por debajo de la edición 15.

Aquella ocasión respondieron a la convocatoria mil 34 artistas, con 2 mil 605 obras. Se seleccionaron 34 creadores y 51 trabajos.

Para profundizar en las carpetas de los participantes e inscribir de forma extemporánea a algunos que no lo estaban para el cierre, pero que tenían obra disponible, Érik Castillo viajó a siete ciudades: Aguascalientes, Durango, Guadalajara, Jalapa, Monterrey, Puebla y San Luis Potosí. Aunque hubo buena participación de los estados, el Distrito Federal va a la cabeza.

La falta de calidad de muchos concursantes es un lastre de la Bienal desde tiempo atrás. De acuerdo con Castillo, coordinador del comité curatorial, el nivel es el mismo a lo largo de las 15 ediciones anteriores. Es decir, hay mucho amateurismo. Hay mucho artista con muy poca trayectoria.

Aunque la Bienal Tamayo sigue atrayendo a los jóvenes, desde hace buen tiempo ya no es el lugar de encuentro de artistas reconocidos. Hay creadores con trayectoria, pero su trabajo no ha conquistado legitimidad.

Según Castillo más o menos están los artistas cuyo nivel de cotización corresponde al que está en el premio.

Sin embargo, los que ya venden en más de 200 mil pesos un cuadro de 200 centímetros máximo por cada lado ya no están, aunque hay excepciones.

Para Patricia Soriano muchas inscripciones resultaron insulsas, lo cual atribuye a una falta de visión de muchos de los participantes sobre la relevancia de la bienal. La selección de obra le pareció una pérdida de tiempo, porque quería ver nombres, ver a los personajes que siempre he admirado.

Considera que en estos momentos la Bienal Tamayo está en el descrédito, porque no logró incentivar el interés de pintores con trayectoria. “Pienso en Roberto Rébora, Boris Viskin y colegas mujeres que no participaron. Cuando vi el nombre de Yolanda Mora me sentí gratificada, pero extrañé a Germán Venegas –está su hija, Alejandra– y a Philip Bragar.

Hay autoridades de la pintura que ya no desean participar en esta Bienal porque la consideran un certamen que no llega a legitimar los alcances de la trayectoria que ya tienen en ciernes.

De los más de mil participantes, 100 realmente son profesionales, reitera Luis Hampshire, quien coincide con Soriano en señalar que la bienal está desacreditada debido al manejo que se ha hecho de ella en las últimas ediciones, lo que hace que muchos artistas, con más trayectoria, mucha o poca, pero todos profesionales, ya no ven con buenos ojos inscribirse. Por eso, mediante la selección quisimos darle más credibilidad tanto a la bienal como a la pintura en sí. Para que la obra seleccionada reflejara una variedad de lenguajes y aproximaciones.

La convocatoria señala que los integrantes del comité curatorial definirán el concepto de pintura que guiará esta bienal. Castillo partió de una valoración del tipo de obra que se produce más allá del cuadro. Define este dispositivo como un lugar complejo en el que se da la convivencia plural de muchos códigos, signos, tratamientos, procedimientos y materiales, sin abandonar lo que histórica y recientemente ha sido la producción de la pintura.

Señala: “Tanto en la lista de seleccionados como en el registro grande, se nota que todavía hay algunas continuidades que se remontan, incluso, a la escuela mexicana, que a lo largo de todas las bienales se ha visto.

“En México la pintura ha tenido relevancia. Aparte del peso de la escuela mexicana, también se dieron ciertas líneas de la pintura-pintura en la época de la Ruptura, así como ciertas genealogías tipo Gilberto Aceves Navarro.

Ahora, hay cosas de estéticas tipo global, tendencias que tienen que ver con posmodernismos. Hay neos, abstracción, informalismo en diversas líneas y algunas prácticas de pintura en estado límite, como objetos pospictóricos.

No faltan las recomendaciones para la edición XVII. Si la convocatoria contempla continuar con esta visión incluyente, que me parece desgastante, debe existir mayor rigor y a la vez considerar las visiones de los artistas jóvenes sin perder de vista la trayectoria y el reconocimiento a tantas autoridades que tenemos en el terreno de la pintura, dice Soriano.

Hampshire anota: Cuando teníamos la preselección, que eran como 200, empezamos a discutir sobre la relevancia de ciertos lenguajes y aproximaciones. Lo que se propuso fue que desde la convocatoria se pidiera por lo menos una exposición individual y una colectiva, comprobables, porque de pronto leías currículum, también el manifiesto de los artistas. Eso no está mal. También abogaría por artistas así, pero la verdad es que hay una diferencia notable de nivel.

Certamen de prestigio: Óscar Ratto

Óscar Ratto (1953) es uno de los seleccionados de mayor edad. Recibió el primer premio en la tercera edición en 1986, con una obra más abstracta.

Recuerda que Rufino Tamayo fundó la bienal con la idea de que fuera para pintores con trayectoria, ya que el artista oaxaqueño despuntó maduro.

Por eso, en un principio era para mayores de 30 años. Ratto había vuelto a concursar en otras ocasiones, pero sin suerte.

Para el entrevistado, se trata de una bienal de prestigio, tal vez el único concurso que haya sobrevivido tantos años, de allí el interés de los pintores contemporáneos, incluso de las galerías.

Si participa es para difundir y legitimar el trabajo: No tengo galería, no estoy vendiendo, no tengo beca, entonces, es una forma de promoverme.

Sofía Fernández Díaz (1990) es la seleccionada más joven. Admira mucho la obra de Tamayo y a su museo por exhibir artistas que son de inspiración para mí.

Después de estudiar cinco años en la Academia de Artes, en San Francisco, California, y con uno de haber regresado a México, Fernández envió tres obras a la bienal, pues nada pierdo en aplicar a las cosas que más me llaman la atención.

Trabaja con la teoría del color. Le gusta combinar colores y mezclar materiales encontrados, también creados por ella misma, como en la pintura Harina, que resultó seleccionada, para la que mezcló harina con un tipo de resina: Me llaman mucho la atención las texturas, así como la naturaleza y los patrones que se crean con el tiempo y con la mezcla de materiales.