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La escultora presenta su exposición Venas de acero en el Museo Federico Silva de SLP

Águeda Lozano pide procurar el cambio y oficiarlo sin temor

El tema soy yo, lo que percibo, observo, las provocaciones del medio ambiente, el momento, afirma a La Jornada

Con 45 años de radicar en París, la artista inauguró un espacio cultural en su natal Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua

Me gusta mucho sentir el lenguaje de la materia

Foto
Cuando se pregunta a Lozano por el eje temático de Venas de acero, muestra que reúne 47 esculturas (en la imagen Monarca) y cuatro pinturas montadas en el Museo Federico Silva Escultura Contemporánea, en San Luis Potosí, expresa a La Jornada: Jamás he manejado temasFoto cortesía del museo
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de mayo de 2015, p. 3

El tema soy yo, lo que percibo, observo, las provocaciones que me da mi medio ambiente, el momento, afirma con sencillez la pintora y escultora abstracta Águeda Lozano (Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, 1944).

Cuando se le pregunta por el eje temático de Venas de acero, exposición de 47 esculturas y cuatro pinturas que presenta en el Museo Federico Silva Escultura Contemporánea, en San Luis Potosí, expresa a La Jornada: Jamás he manejado temas.

Con 45 años de radicar en París, Lozano conserva un aire de la región de manzanos donde nació y de la que no se desligó.

La artista está decidida a pasar más tiempo en México, porque el pasado 28 de noviembre inauguró el Espacio Cultural Águeda Lozano en Ciudad Cuauhtémoc, también con una exposición de su obra.

Los mismos habitantes de ese lugar han pedido que esto no se detenga, de allí la necesidad de la presencia de la artista en sus actividades.

Salir de las urbes representa para Águeda Lozano un vaso de agua fresca.

También acaba de montar un taller en su ciudad natal, aunque la obra que exhibe en San Luis Potosí fue creada en París. Además, requiere de un tiempo para familiarizarse con los espacios y la luz.

Mientras la luz parisina está tamizada, la de Ciudad Cuauhtémoc es violenta, señala.

Juzga chistoso que gran parte de su producción estética está inspirada en su tierra.

Todo se transforma

En la exposición del Museo Federico Silva Escultura Contemporánea, que concluirá el 21 de junio, hay una tela roja que llama mucho la atención. Al trabajar en la Anáhuac, que está en la frontera de Cuauhtémoc, venía una nube negra que parecía pedrada. Al llegar a París tuve que materializarla luego luego.

Con trayectoria de medio siglo, pues su primera exhibición la montó a los 20 años, Águeda Lozano considera la ruptura –no el movimiento– una característica de su modo de mirar.

Ruptura, para ella, significa que nada es constante, que todo está en pleno cambio, aunque hay a quienes esto molesta. A la artista no le da miedo la transformación.

“Además, todos los seres humanos buscamos ese cambio, lo procuramos, hasta lo oficiamos. Es indispensable... es para ir más lejos, para ir a no sé dónde, pero necesitamos ir al cambio.

No veo el objetivo, nada más el momento y la satisfacción de que el cambio está y hay que afrontarlo.

Espacio con recursos propios

La muestra en el Museo Federico Silva Escultura Contemporánea abarca obra de varios formatos de 1989 hasta lo más reciente de su producción. La escultura está realizada en acero inoxidable y fierro. El primero es un material que le gusta mucho trabajar, porque “desde el punto de vista del color, de la luz, el acero inoxidable me lleva en una paleta de los oscuros a la luz cuando llego al pulido espejo, por ejemplo.

Me gusta mucho sentir el lenguaje de la materia. Me resulta difícil una escultura pintada, porque pierde eso que la materia debe dar. Hay cosas en madera muy bellas, pero el material que me correspondió fue el acero inoxidable.

Para efectos de su Espacio Cultural, que instaló con recursos propios, Águeda Lozano busca entablar vínculos con el Instituto Nacional de Bellas Artes y sus programas en los estados. El jueves 21 de mayo se abrió la exposición El boceto: creatividad pura, de Miguel Valverde, en el recinto creado en Ciudad Cuauhtémoc.