Miradas y palabras; fotografía y texto. Silencios captados por la cámara de Francisco Kochen. Silencios rotos por la palabra de Lydia Cacho.

Así se forma el libro El silencio es nuestro, el nuevo título de la colección Luz Portátil que fue presentado en el auditorio de la librería Rosario Castellanos, donde la periodista Cacho lo dedicó al fotorreportero Rubén Espinosa, asesinado el viernes 31 de julio en la colonia Narvarte, junto con cuatro mujeres. Los aplausos del público rompieron otro silencio.

Pedro Tzontémoc, director de la colección Luz Portátil, recordó que son ya 27 los títulos de la serie creada por la revista Artes de México en colaboración con la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal.

Se trata de una colección de ensayos fotográficos acompañados de textos. El silencio es nuestro es una selección de imágenes de mujeres, retratos, en los que ellas miran a la cámara, a veces con un velo, otras de reojo, en ocasiones fijan la mirada en un punto lejano, pero siempre son ellas.

Se trata de una mirada fotográfica que está rendida ante la belleza, ante el objeto que mira, no lo intenta poseer, no lo intenta vencer con su perspectiva estética sino que se deja abrazar, seducir por el objeto de la mirada y éste es la mujer, dijo Eduardo Vázquez, titular de la Secretaría de Cultura capitalina.

El escritor Alberto Ruy Sánchez, director de Artes de México, recordó que la colección Luz Portátil es un foro para los fotógrafos conocidos o desconocidos, no son catálogos sino ensayos, es un reto vital y profesional para el fotógrafo.

En El silencio... verán que el ensayo de Francisco Kochen es un viaje, pero no solamente de las mujeres de México a las de India, nunca he entendido que la gente piense en el viaje como destino: el trayecto es tan importante como los destinos. El trayecto de Francisco es a través de la belleza de los rostros de las mujeres, que no es la belleza cosmética, sino aquella que va mucho más a fondo de lo que llamamos belleza tradicional. Es un acto con la cámara de contemplación de esa belleza y articularla con otras.

El fotógrafo Francisco Kochen habló de cómo nació este ensayo: con un viaje a India, después de dejar la profesión de ingeniero. Al revisar las imágenes advirtió que había una infinidad de miradas femeninas, sonrisas, y definí un proyecto hacia esos encuentros efímeros, estas relaciones que se crean en un segundo, pero que dan mucho al ser humano.

Cacho recordó una frase de Susan Sontag: La mayor vocación de la foto es explicar al ser humano frente al ser humano y pidió al público ponerse de pie para dedicar la noche a Rubén Espinosa, asesinado hace unos días. Era un joven fotoperiodista que hace dos o tres semanas, la última vez que hablamos, me preguntó cómo se aprendía a vivir con miedo en el país y que lo que él había aprendido en las marchas y protestas es que había una solidaridad que no sabíamos narrar con palabras.