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Mañana se cumple el centenario luctuoso del poeta, quien será honrado en su país natal

Nicaragua tiene una enorme deuda con Rubén Darío

Es el símbolo cultural más relevante de nuestra identidad, aunque el conocimiento del pueblo sobre él es escaso, dice el escritor Sergio Ramírez

Se merece todas las reverencias, pero hay una regresión en cómo el gobierno se acerca a las celebraciones, con superficialidad y cursilería: Gioconda Belli

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Estos días se conmemora a Rubén Darío (en imagen tomada de Internet) con bailes y maratones de poesía en escuelas. Más allá de poemas como A Margarita Debayle o Los motivos del lobo, no se conoce la poética de Darío ni al Darío cronista ni al Darío narrador, señala el novelista Sergio Ramírez
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de febrero de 2016, p. 3

Managua.

Nicaragua se prepara para conmemorar mañana el centenario luctuoso de su gran poeta Rubén Darío.

Para los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli, el país tiene una enorme deuda con el escritor que lo cubrió de gloria a finales del siglo antepasado, cuya vida y obra no son conocidas en profundidad por la mayoría de la población.

Darío es el símbolo cultural más importante de nuestra identidad y desde niños aprendemos a apreciarlo, pero hay una distancia que no se ha podido cerrar entre el Rubén Darío como símbolo y el poco conocimiento que la gente del pueblo tiene sobre él, dijo Ramírez en entrevista.

Para el autor de Castigo divino y Un baile de máscaras, entre otras novelas y ensayos, el gobierno recuerda estos días a Rubén Darío (1867-1916) con celebraciones municipales, bailes y maratones de poesía en escuelas; sin embargo su obra se sigue conociendo muy poco.

“Más allá de (poemas como) A Margarita Debayle o Los motivos del lobo, no se conoce la poesía de Darío ni al Darío cronista ni al Darío narrador. Me parece que el país está en deuda con su figura porque tenemos este gran déficit en el conocimiento de su obra”, aseveró Ramírez.

Pendiente, sus obras completas

Nacido en Metapa (hoy Ciudad Darío) el 18 de enero de 1867, Darío aprendió a leer a los tres años y escribió su primer poema a los 13.

Fue un autodidacta porque no hizo estudios universitarios, pero tenía una memoria y una imaginación prodigiosas, una gran facilidad para la música y los idiomas, señaló Sergio Ramírez.

En su opinión es un accidente que el llamado padre del modernismo naciera en Nicaragua, país sumido en la pobreza y el analfabetismo, diezmado por guerras y por la peste del cólera a finales del siglo XIX. A su criterio, fue su salida al exterior (vivió años en Sudamérica y Europa) lo que le permitió desarrollar su genio y lograr la universalidad de su poesía.

A juicio de Sergio Ramírez, para que se conozca en profundidad la obra del poeta fallecido el 6 de febrero de 1916, a la temprana edad de 49 años, se deben editar masivamente sus libros, publicar antologías de sus poemas, sus ensayos y sus crónicas periodísticas en ediciones populares y a muy bajo costo.

Se trata, dijo, “de dejar a Darío instalado en las casas de los nicaragüenses, que Darío viva con las gentes y que sea una lectura familiar, en un país que no se niega a leer sino que no puede leer, porque la gente tiene que escoger entre comprar el pan, el arroz, los frijoles... y el libro no cabe en su canasta básica por los elevados precios que tiene.

Una de las cosas más importantes que Nicaragua debe a Darío es la edición de sus obras completas, y esta iniciativa debería provenir del Estado y de la empresa privada, formar una comisión de especialistas nacionales e internacionales y crear el primer Instituto de Estudios Darianos, consideró el escritor, que a los 12 años quedó como finalista en un concurso escolar de declamación de poemas de Rubén Darío.

Será declarado héroe nacional

Por su parte, la reconocida poeta Gioconda Belli consideró que la mayoría de nicaragüenses no conocen realmente a Darío. Ningún gobierno logró jamás ir más allá de esa mitología en torno a su figura ni se ocupó de ofrecer un conocimiento más profundo de lo que significó el modernismo o por qué Rubén fue tan innovador de la lengua en su tiempo, agregó.

Darío se merece todas las reverencias que le podamos hacer, pero hay una regresión en cómo este gobierno se ha acercado a estas celebraciones, el volver a ciertas cosas del somocismo (en referencia al dictador Anastasio Somoza), que es la superficialidad de las celebraciones y la cursilería, que al final aleja a la gente de Rubén Darío, opinó Belli.

Para la autora de la novela El país de las mujeres, y de emblemáticos poemas feministas de contenido erótico, Nicaragua le debe a Darío el amor de la gente por la poesía y el hecho de ser considerada una república de poetas.

Darío fue un héroe, una figura de la cual nos podíamos sentir orgullosos. Aquí hay un amor bien especial por la poesía y creo que eso se lo debemos a nuestro Rubén, dijo Belli tras confesar que, por su condición de poeta y novelista, en Nicaragua hasta le perdonan las multas de tránsito.

“Aquí que te digan ‘poeta’ es como un título honorario y así nos llama la gente en la calle”, relató Belli. Es que Nicaragua es un país de poetas... creo que bebemos algo en el agua..., bromeó.

A propuesta del presidente Daniel Ortega, Darío será declarado formalmente héroe nacional de Nicaragua en sesión solemne del Parlamento que se efectuará este sábado y de forma excepcional en León, donde el poeta vivió su niñez y parte de su juventud.