Sociedad y Justicia
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Así lo considera 43.5% de los educadores; 8.1% admite que dar clases es aburrido

Relación conflictiva entre maestros y alumnos en escuelas de la CDMX

Los padres ayudan poco en la disciplina y la educación de sus hijos, percepción en los planteles

Estudio pone en evidencia tensiones entre hogar y reglas; no inculcan límites suficientes

 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de diciembre de 2016, p. 35

En las escuelas primarias y secundarias públicas de la Ciudad de México, 43.5 por ciento de los docentes considera que sus relaciones con los alumnos son conflictivas, mientras que otro 8.1 por ciento de los maestros admite que dar clases es aburrido.

De acuerdo con los resultados del estudio Quieto, atento y obediente. Violencias simbólicas entre adultos y jóvenes en las escuelas secundarias del DF, 38.2 por ciento de los profesores y directivos considera que siempre o muchas veces es cada vez más difícil cumplir con mi trabajo, mientras 69.5 por ciento señala que los padres de familia entorpecen su tarea educativa.

El informe, elaborado por Hugo César Moreno Hernández, especialista en violencia juvenil, en colaboración con el Seminario de Investigación en Juventud de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Administración Federal de los Servicios Educativos del Distrito Federal, destaca que 17.5 por ciento de los maestros dice agotarse siempre o muchas veces en la relación con sus alumnos.

De acuerdo con los resultados obtenidos en una muestra de más de 20 mil aulas de primaria y secundaria en la Ciudad de México, los docentes consideran que uno de los factores que en años recientes hacen más difícil su trabajo, es la forma en que los alumnos enfrentan la labor pedagógica en la escuela.

Se percibe una oposición entre casa y escuela, padres y docentes. La relación con los padres tiene una elevada percepción de conflicto, sobre todo en relación con la disciplina. Los profesores, explica el estudio, perciben que los padres ayudan poco en la disciplina y la educación de sus hijos y no coadyuvan en el proceso formativo.

Las tensiones entre hogar, escuela y disciplina son evidentes, al menos en las percepciones de los docentes, pues 66.9 por ciento de los educadores considera que los padres no inculcan límites a sus hijos, lo que se refleja en el centro escolar y en el aula. A nivel secundaria 68.4 por ciento de los docentes opina que los estudiantes no tienen suficientes límites en su casa.

A eso se suma que 67.9 por ciento de los maestros y directores considera que les falta autoridad frente a los padres para disciplinar a los estudiantes.

Los resultados obtenidos en los grupos de enfoque, destaca el documento, señalan que las reglas de las autoridades superiores (Secretaría de Educación Pública) no coadyuvan a mantener un ambiente adecuado para el aprendizaje.

Lo mismo pasa, señala, con las reglas generales de la escuela, donde las sanciones pueden llegar a ser discrecionales en la medida que los padres de familia intervienen constantemente, restando a autoridad a los docentes. Al menos 45.6 por ciento de los profesores y directores de primaria y secundaria considera que cuando hay problemas la mayoría de los padres de familia no ayudan a corregir el comportamiento de sus hijos.

A la percepción de agotamiento y de falta de disciplina, también se agrega que al menos 12 por ciento de los educadores de primaria y secundaria consideran que sus alumnos los descalifican siempre o muchas veces, y al menos 35.8 por ciento reportó que esto ocurre pocas veces, mientras otro 13 por ciento considera que los alumnos le hacen muchas travesuras en el salón de clases.