Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 24 de diciembre de 2006 Num: 616


Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Las bragas de la reina
GABRIEL SANTANDER
El sonido del fuego
ENRIQUE H. GÓMEZ LÓPEZ
Desencuentro de cadáveres
GUADALUPE LIZÁRRAGA
Nevermind en Cozumel, Miles
ROBERTO GARZA ITURBIDE
Rumi
RUBÉN MOHENO
Paraíso con gatos
PABLO SOL MORA
Al vuelo
ROGELIO GUEDEA
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
Y Ahora Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Indicavía Sonorosa
ALONSO ARREOLA

Tetraedro
JORGE MOCH

(h)ojeadas:
Reseña de Enrique Héctor González sobre Desde el tiempo


Directorio
Núm. anteriores
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LAS ARTES SIN MUSA

JORGE MOCH
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CÓMO SE LLEGA AL SIGLO XVII

He aquí cómo vamos llegando al siglo xvii por televisión. El viejo sueño del más retrógrado conservadurismo va tomando cuerpo en la paradoja tecnológica que suma comunicación satelital, microprocesadores que decodifiquen la señal, tarjetas de memoria y pantallas de plasma para ver en casa, redivivitos y caracoleando, los despóticos preceptos de Maffeo Barberini, alias Urbano VIII , pontífice que fregó a Galileo y esto no en 1633, sino bien aterrizado el XXI.

Quienes cándidos creímos superadas las burdas intentonas catequistas de Claravisión o molificables de tan obvios y ridículos los atentados contra el laicismo por parte de la TV Azteca de fray Ricardo Salinas y su señora esposa sor Malala, o las de intonsos seminaristas frustrados en la Televisa de los abates Azcárraga y Gómez, no habíamos visto todavía nada: hay que hacerse cargo de la purgante parafernalia ultraconservadora, folclórica por no decir execranda, que transmite el canal Mariavisión enquistado en la barra de SKY .

Aprovechando lo unilateral de un medio que cuando no atiende los matices de la alteridad se vuelve invariablemente monomaniático, aunque es cierto que a una estructura de corte intolerante y verticalista como la Iglesia católica, particularmente la mexicana, eso la tiene sin cuidado como bien ha demostrado a lo largo de su atrabiliaria historia, Mariavisión pone en boca de sus improvisados, atropellados, escasamente educados conductores de parvífico vocabulario casi hasta el balbuceo los más coloridos despropósitos, las más atroces mentiras y una buena sarta de omisiones que lo único que exhiben es la variopinta ignorancia –y perversidad– de sus improvisados, atropellados, escasamente educados guionistas de parvífico vocabulario. Nacido de la aridez científico académica de las sacristías, no podíamos esperar de una emisión sesgada y parcial como Mariavisión nada más que una vasta gama prejuicios de varia gayadura y la impúdica exhibición de una ignorancia supina, rampante y belicosa.

La escabechina del intelecto en Mariavisión es pavorosa: se jodieron el método científico y en general la ciencia en casi todas sus ramas. La antropología y la biología, lo mismo que la arqueología son instrumentos del engaño y la mala fe, porque fe sólo hay una: la suya . La medicina, el humanismo bioético, el libre albedrío reproductivo y en ello la decisión de practicar la contracepción el día después son desde errores humanos hasta las más sofisticadas manifestaciones de Satanás. La paleontología es una entelequia comparable al espiritismo. La eutanasia un asesinato fríamente calculado. La moda, vaya, sólo aceptable mientras menos piel exhiba y la inteligencia sin duda un riesgo. O sea que, muy al margen de las tamañas estupideces que suelta todo el tiempo, Mariavisión ejerce, y cómo, su derecho a la libertad de expresión.

Por eso viene a cuento Voltaire y su famoso, giros más, giros menos, que peores cosas se han perdido en las traducciones, “estoy totalmente en desacuerdo con lo que dices pero defenderé hasta la muerte que puedas seguir despepitando pendejadas”. Y es que si esas televisivas supuraciones clericales socavan la cultura general, la ya de suyo enclenque educación del mexicano, ¿deben intervenir, digamos, la Secretaría de Educación Pública, la de Comunicaciones, los organismos que regulan la sevicia electrónica, los contenidos perniciosos?, ¿qué es más contenido pernicioso, una escena violenta, una pornográfica, o la monja frustrada y malcogida que afirma categóricamente que Darwin y Einstein estaban candorosamente equivocados, llevados de la mano del Oscuro al gran pozo sin fondo de la confusión porque resulta además de monja una maestra del arte de la manipulación y el doble discurso?, ¿cómo permitir que se ciña la ciencia a las creencias metafísicas de una religión particularmente intolerante e impositiva?, ¿qué diferencia hay entre un programa católico que niega la adaptación evolutiva de las especies y otro fundamentalista musulmán que coincida en los mismos anatemas?, ¿cómo puede haber armonía e integración social si el catolicismo mexicano porfía en un discurso recalcitrante y refractario a la divulgación de la ciencia? Ninguno de quienes auspician la señal de Mariavisión puede contestar estas preguntas de manera objetiva. A lo mejor las cocinó en la febril y jacobina testa de este juntapalabras, como histérico cacareaba un cura de mi educación confesional, el mismísimo diablo.