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Laguna Verde es segura; no la afectaría un tsunami

Tiene licencia hasta 2020 pero puede extenderse su vida útil

Si México quiere cumplir con los compromisos asumidos para reducir los gases de efecto invernadero, se deberá retomar el programa nuclear; o metemos más plantas nucleares o no vamos a cumplir con la disminución de emisiones, afirma el especialista

 
Periódico La Jornada
Martes 29 de marzo de 2011, p. 35

La Central Laguna Verde, la única nucleoeléctrica en el país, es segura; si se produjera un tsunami no afectaría la instalación, debido a la forma de la plataforma continental, que evitaría que las olas llegaran hasta el sitio, afirmó Juan Eibenschutz Hartman, presidente de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS).

El diseñador del proyecto de Laguna Verde aseguró que en caso de que el gobierno determinara reactivar un programa de generación de energía eléctrica a través de fuentes nucleares, el lugar idóneo sería en los terrenos contiguos a Laguna Verde, en Veracruz.

Descartó que haya rezagos en la supervisión de la instalación industrial. Los planes de mantenimiento en las plantas nucleares son superiores a los de la industria aérea, aseguró.

En entrevista con La Jornada, el experto indicó que si México quiere cumplir con los compromisos asumidos para reducir gases de efecto invernadero, se tendrá que retomar el programa nuclear.

Detalló que en caso de que se tomara la decisión de construir una nueva central, el proceso desde la licitación hasta las pruebas llevaría en México más de un sexenio, lo que se compara desfavorablemente con países como Corea, que la construye en menos de cuatro años.

Consideró que tras el incidente de la planta de Fukushima, en Japón, habrá nuevas reglamentaciones y recomendaciones a nivel internacional y reveló que Laguna Verde tiene licencia para operar hasta 2020, pero su vida útil puede extenderse todavía 20, 30 y hasta 40 años, según la solicitud de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

–¿Qué lección deja el accidente en Fukushima para la comunidad internacional y para México?

–Como la industria nuclear es muy cuidadosa y hasta medio paranoica, seguramente el post mortem de este accidente va a hacer algo en lo que va a participar la comunidad nuclear internacional. Tanto el organismo internacional de energía atómica como la agencia de energía atómica de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) van a formar más de un grupo por especialidades, o un grupo mixto interdisciplinario de análisis, y se va hacer un estudio muy profundo de lo que en este negocio se conoce como lecciones aprendidas.

“La segunda es que una vez que ocurrió el accidente se va a analizar en detalle lo que ocurrió y recomendarán una serie de medidas para que, en el remoto caso de que haya una repetición de este fenómeno, la central se encuentre en mejor situación para defenderse.

–¿En qué tiempo se podrá tener un diagnóstico de lo que ocurrió en Fukushima?

–Creo que en menos de un año. Obviamente soy optimista. Yo diría que la situación va a quedar bajo control permanente. Espero tener razón. El tiempo que dure el análisis va a depender mucho de las condiciones de la planta. Las autoridades japonesas consideran la posibilidad de enterrar los reactores, como se hizo en Chernobil, echándoles concreto y arena y tapándolos por completo. Si eso se hace, la posibilidad de averiguar en qué condición está la estructura desaparecerá.

En el caso de México se ha establecido de hecho una moratoria o suspensión al crecimiento de la participación de la energía nuclear, explicó: Hubo un intento de ampliar el sector, se convocó a un concurso y se recibieron las ofertas, pero se canceló en 1980, con motivo de la crisis económica en la época de José López Portillo. Desde entonces para acá lo único que se ha hecho es hablar de la conveniencia de poner más plantas nucleares.

Sin embargo, con motivo de los compromisos que ha tomado México en materia de cuidado ambiental, de luchar contra el efecto invernadero y comprometerse a reducir ciertos niveles de gases, la necesidad de contar con más plantas nucleares se hace evidente. O metemos más plantas nucleares o no vamos a cumplir los compromisos de reducción de emisiones, afirmó.

–Suponiendo que frente a Veracruz se presente un terremoto y tsunami severo ¿que le pasaría a Laguna Verde?

–La característica de la costa del Golfo de México es tal que no pueden producirse tsunamis fuertes. De acuerdo con todos los cálculos que se han hecho, el tsunami máximo previsible alcanzaría 75 centímetros. Por otra parte, en esa zona el riesgo no es por tsunamis sino por ciclones, que podrían producir olas por arriba de 3.5 metros de altura. Sin embargo, los reactores de Laguna Verde están plantados arriba de 10 metros sobre el nivel del mar. Entonces la probabilidad de que haya ahí un desastre es mínima, pero sí le puede caer un meteorito.

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Juan Eibenschutz Hartman, presidente de la CNSNS, en entrevista con La JornadaFoto María Luisa Severiano

La Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde se encuentra localizada sobre la costa del Golfo de México, en el municipio de Alto Lucero, estado de Veracruz. Es una de las instalaciones nucleares más importantes. Está constituida por dos unidades independientes destinadas a la producción de energía eléctrica. cada una con una capacidad de 682.44 MWe (megavatios eléctricos). La primera unidad empezó su operación comercial el 14 de agosto de 1990, y la segunda, el 12 de abril de 1995.

Energía nuclear, mientras se respeten las reglas

–¿Cuál es la vida útil de Laguna Verde?

–Por lo pronto, la licencia es para 30 años a partir de 1990, cuando empezó a operar, por lo que vence en 2020 y es susceptible de prolongarse el tiempo que pida la CFE. A nosotros (la CNSNS) nos tiene que demostrar que puede durar otros 20, 30 o 40 años, que ha sido la práctica internacional. Si nos demuestran que puede durar podemos pedir verificaciones adicionales, que es lo que se usa en la industria a nivel mundial. Esto por encima de las pruebas rutinarias y de los exámenes continuos.

–¿México debe apostar a la energía nuclear?

–En mi opinión sí. Esto mientras se mantengan las reglas. Hay conciencia de que se requieren más plantas nucleares, pero tomar una decisión no resulta fácil porque por diversas razones a nuestro país le cuesta trabajo comprometerse en cuestiones a muy largo plazo. Pero no somos los únicos. Es decir, la definición de estrategia es algo muy complicado. Incluso la ley que definió la responsabilidad de la Secretaría de Energía de presentar una estrategia energética pide que sea cada año. El Senado y el Congreso opinan, y la visión general que se tiene no es una estrategia, sino más bien es de un programa tentativo a largo plazo.

–¿Dónde sería un lugar idóneo para construir otra planta nuclear?

–México tiene un territorio bastante amplio. Pero los estudios de localización no son triviales. Si se tomara la decisión de una nueva planta nuclear en más o menos un plazo corto sería en Laguna Verde, porque ahí hay suficiente espacio para incorporar otras tres unidades grandes. Entonces lo lógico sería ponerla ahí mismo.

–¿Cómo están los caminos para un eventual desalojo en caso de una hipotética emergencia nuclear?

–Si lo comparamos con Fukushima, que es un área que tiene gran densidad, en el radio de 20 kilómetros creo que han desalojado a unas 100 mil personas. En Laguna Verde el radio de seguridad es de 16 kilómetros y tenemos como 3 mil personas. Los caminos para desalojar son parte de lo que la CNSNS examina, y cumplen con las características. Es una zona difícil para los caminos, pues llueve y entran huracanes, y los caminos no se usan demasiado porque no hay mucha población, por lo se están reparando continuamente y están a cargo de la CFE.

–¿Que les diría a los detractores de la energía nuclear?

–Aquí hay muchas fantasías. Hay mucha gente que obra con muy buena fe y efectivamente están preocupados y consideran que es un error que la humanidad haga uso de esta fuente, tan riesgosa, y harán todo lo posible por evitar que haya más plantas nucleares.

Por otro lado, hay gente que tiene intereses por varias razones. Incluso sus presentaciones públicas dicen mentiras. La cuestión es que no hay ninguna fuente de energía exenta de problemas.

–Si en este momento se tomara la decisión de construir otra central nuclear, ¿cuánto tiempo tomaría la edificación?

–En este momento los que menos se tardan son los chinos, los coreanos y los japoneses. El tiempo físico, desde que se empieza a trabajar el sitio y luego comienzan las pruebas de operación, anda en menos de cuatro años. El problema es que el proceso inicial en algunos casos puede tardar mucho. Por ejemplo, si México construye una planta como resultado de un acuerdo de colaboración con países como Francia, Corea, China o Rusia, son empresas estatales. Pero si se firma un acuerdo con Corea podría estar lista en cuatro años. Pero no creo que pudiéramos proceder así, sobre todo por las leyes mexicanas, porque se tendría que hacer un concurso. En el proceso de concurso, con la convocatoria y la decisión de detalle, se nos va sin duda más de un sexenio. Laguna Verde se empezó a construir en 1973 y comenzó a operar en 1990.