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700 obreros de Cerrey trabajan en las calderas que serán enviadas a Medio Oriente

La petroquímica más grande del mundo operará generadores construidos en México

La subsidiaria de Grupo Hermes es proveedora de Saudi Aramco y Dow Chemical Company

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Planta de Cerrey en el municipio de San Nicolás de los Garza, Monterrey, Nuevo LeónFoto Francisco Olvera
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Periódico La Jornada
Miércoles 23 de enero de 2013, p. 31

San Nicolás de los Garza NL, 21 de enero. Una empresa mexicana se convirtió en proveedora de generadores de vapor para suministrar energía a la mayor planta petroquímica del mundo edificada en una sola etapa, que está ahora en proceso de construcción en Jubail, ciudad costera de Arabia Saudita bañada por las aguas del golfo Pérsico.

En las instalaciones de Cerrey, subsidiaria del mexicano Grupo Hermes, 700 obreros trabajan a todo vapor –literalmente– para dar forma a las calderas que serán enviadas a 15 mil kilómetros de distancia de esta ciudad para generar parte de la energía con que funcionará el complejo petroquímico de Sadara, que construyen la estatal Saudi Aramco y la trasnacional Dow Chemical Company y que producirá 3 millones de toneladas métricas de productos químicos y plásticos.

Los seis generadores de vapor que Cerrey construye para el complejo de Sadara –dos ya fueron enviados– son los equipos ensamblados más grandes que se han exportado desde México, explica Ramón Torres de la Garza, director general de Cerrey. En conjunto, estos equipos generarán 500 megavatios de energía, cantidad suficiente para satisfacer durante un año la demanda de Nayarit.

Cerrey es más que ensamblaje de generadores de vapor. Por más de tres décadas, la compañía ha desarrollado un programa de asimilación tecnológica, que le ha permitido crear su propia tecnología, optimizar procesos y obtener varias patentes, detalla Torres de la Garza.

En el ambiente de las instalaciones de Cerrey flota el aroma a galletas. Es que está justo al lado de la fábrica de Gamesa. Unos enormes galerones cubren a los obreros, maquinaria y equipo con los que se construyen los generadores de vapor que produce Cerrey y que no solamente van a Arabia Saudita, sino también a clientes en otras partes del mundo, desde Italia a Canadá, o de Angola a Venezuela.

Todo lo que aquí se fabrica es a la medida de las necesidades de los clientes y el reto es hacerlo a un bajo costo, cuenta Ramón Sepúlveda, gerente de ingeniería de Cerrey, quien participa en el diseño pieza por pieza de las enormes calderas. Cada uno de estos generadores, como los que serán enviados a Arabia Saudita, pesa cerca de 600 toneladas y mide más de 20 metros de altura.

Cada pieza se diseña para que ensamble con precisión ya en el campo, detalla Eduardo Camacho, director del área de ingeniería de Cerrey. Una de las dificultades que deben ser enfrentadas en todo el proceso –desde el diseño, la selección de materiales y construcción de las calderas– tiene que ver con los tiempos de entrega. Una planta como la de Sadara, que se construye a 15 mil kilómetros de aquí, demanda que los equipos lleguen justo en el momento en que está programado que sean montados. Eso garantiza que el cliente siga haciendo pedidos en el futuro.

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Un trabajador de la planta de Cerrey lima el exceso de soldadura a una de las piezas, durante la construcción de un generador de vapor para energía eléctricaFoto Francisco Olvera

Detrás de cada caldera hay mucho diseño y tecnología. Lo explica Isaías Hernández, quien está al frente del Centro de Tecnología de Cerrey, que comenzó a funcionar hace tres años. Dentro de una caldera las temperaturas superan mil 500 grados centígrados cuando están funcionando. En este sitio se generan herramientas para simular la operación de las calderas –dado que alcanzan temperaturas hasta de mil 500 grados centígrados cuando están funcionando, es imposible mirar dentro de ellas– con el fin de mejorar su operación en las que se fabrican o para detectar fallas que deban ser corregidas en las que están funcionando.

Una vez hecho el diseño, conocidos los materiales e incorporada la tecnología, la fabricación de las calderas entraña un trabajo casi artesanal, como describe Ricardo Bernal Rodríguez, gerente de la planta de producción de Cerrey, quien lleva 20 años trabajando en esa empresa. Grandes tubos de hierro o pequeñas piezas son soldadas con precisión milimétrica para ir construyendo las calderas parte a parte. Como armar un gran Lego, mencionan en broma varios ingenieros durante un recorrido por la planta.

Somos una empresa productora de bienes de capital que a raíz de su buen desempeño ha logrado contratos en varias partes del mundo, trabajando para grandes empresas de la energía, dice Ramón Torres. Sólo en Arabia Saudita hay ya 20 calderas producidas en la planta de San Nicolás de los Garza. Recientemente desarrollaron una tecnología para una empresa canadiense que hace funcionar las calderas de una planta maderera con la corteza de los árboles. También aquí en México lograron una tecnología para que los generadores de energía de una planta cervecera emplearan como combustible el bagazo de la malta empleada para elaborar cerveza.

La presencia que Cerrey está logrando en Medio Oriente llevó a la empresa a dar el siguiente paso. Este año abrirá su primera oficina en Arabia Saudita, para lo cual constituyó una empresa en ese reino, desde la que ofrecerá servicios de mantenimiento de las calderas, anunció Ramón Torres.