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Con Joaquín somos más que hermanos, aseguran los compositores en entrevista

Varona y García de Diego convocan a karaoke sabinero en el Lunario

Las canciones que hemos hecho han nacido de formas muy hermosas, en habitaciones de hotel y en bares, pero siempre de noche

El espectáculo se presenta el 12 y 13 de marzo

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Pancho Varona y Antonio García de Diego, quienes van de puerto en puerto con Joaquín Sabina, llegarán al foro alterno del Auditorio Nacional por quinto año consecutivoFoto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de marzo de 2014, p. a12

Con un karaoke bohemio en homenaje a Joaquín Sabina, los compositores Pancho Varona y Antonio García de Diego presentarán el concierto Las noches sabineras, el 12 y 13 de marzo, en el Lunario del Auditorio Nacional.

Estos músicos, émulos de la banda del Titanic, que van de puerto en puerto con Sabina, llegarán al foro alterno del Auditorio Nacional por quinto año y con su espectáculo se inicia la programación especial por los festejos del décimo aniversario del Lunario.

Varona y García de Diego son compositores de cabecera de Joaquín. Son creadores de innumerables éxitos interpretados por grandes artistas como Ana Belén.

Canciones noctámbulas

En entrevista telefónica desde Madrid, España, Varona explicó el formato de los conciertos: en la primera parte habrá una selección de los éxitos que han tocado con Sabina. Antonio y yo somos autores de algunos de ellos, pero en esta ocasión en voz de los autores; en la segunda parte invitaremos al público a subir con nosotros al escenario para que hagamos una especie de karaoke sabinero. La verdad es que las canciones que hemos compuesto con Joaquín son muy conocidas, pero también interpretamos las que se han quedado apartaditas en un disco y que no han tenido tanto éxito, pero que igual las queremos.

–¿Cómo ha sido crear estas canciones que huelen a noche, a desvelada, a alquitrán?

–Son canciones muy noctámbulas. Yo he pasado muchas noches con Joaquín, sentados en un bar. A Joaquín se le ocurría de repente apuntar en mitades de servilletas una canción. Le pedía a la camarera un bolígrafo para escibir una letra que se le estaba ocurriendo en ese momento. La verdad es que son canciones que han nacido de formas muy hermosas, siempre en habitaciones de hotel, en bares o en casa, trabajando, pero muchas de ellas de noche.

–¿Huelen a mujer?

–Algunas huelen más que otras. La verdad es que hay muchas dedicadas al amor... ¡Al desamor!, sobre todo. A la decepción, a la chulería con la que Joaquín trata a veces los asuntos amorosos. Sí, huelen a soledad, a desamparo, a me falta una mujer.

–¿En su caso cómo compone, cuándo le llega la inspiración?

–Normalmente Joaquín nos da una letra que ya está en marcha o terminada, o tiene simplemente una estrofa, un estribillo. Con eso nosotros comenzamos a trabajar. Según lo que dice la letra buscamos por donde puede ir la música. A veces Joaquín nos da una instrucción, como que quiere que suene a rumbita, a algo amexicanado. Otras veces nos deja en libertad total.

Entre los tres hay una relación muy intensa, cercana, sicológica; somos más que hermanos. Con Joaquín llevo 32 años trabajando y me siento de su vida y él sabe toda la mía. Con cualquier mirada en el escenario sabemos lo que queremos decir, cualquier gesto. A veces compone una letra y yo ya sé cuál va a ser la siguiente palabra. Tenemos una conexión impresionante.

–¿Cómo ha sido aportar a la fama de Joaquín?

–Yo siempre digo que a él le debo muchísimo: los viajes, los países que me ha enseñado. Le debo todo a Joaquín; sin Joaquín yo no sería nadie. Joaquín sin mí sería igual de conocido o más, pero hay cien canciones que no sé si existirían o si serían diferentes. Ese es mi grano de arena en la carrera de Joaquín.

–¿Usted también ha viajado en trenes?

–El más que yo. El se ha ido más a la aventura. Yo he viajado un poco más acomodado. Mis trenes han sido mejores que los de él. El medio de locomoción preferido de Joaquín es el tren, pero el mío no. Los aviones son necesarios. Pero los trenes inspiran letras, amor. A mí me inspira el esfuerzo. A Joaquín le salen 30 canciones mientras a mí sólo una. Y sus 30 son mejores que la mía. Creo saber lo que necesita en cada letra y por eso le gusta lo que yo hago.

–El tiempo ha pasado y ya el cuerpo no aguanta las desveladas como antes.

–Sí, ahora me voy a la cama más temprano. Cambia la vida y la forma de componer. Antes componía de noche, pero ahora lo hago de día. Antes salíamos de vampiros a recorrer la ciudad en busca no se sabe de qué, y a esa hora en que salíamos antes ahora estamos acostados.

La entrevista telefónica fue desde Madrid, ciudad que dijo está estupenda. Ningún mal gobierno va a hacer que perdamos la esperanza... aunque se están esforzando.

Por su parte, Antonio García de Diego, también en charla telefónica desde Madrid, expuso: “El formato de los concierto es casi el mismo, porque el estilo Sabina es el que está volando todo el tiempo. Lo único que es diferente es que añadimos canciones de esas que nunca se hacen en el repertorio de Joaquín. Cada año vamos sumando cancioncitas que el público conoce poco en directo. Hay algunas que nunca hemos tocado con Joaquín.

Lo bueno es que se saben todas, porque el público de Joaquín es tan mitómano que las saben todas, aunque cada quien tiene su opción. Cada uno tienen un repertorio sabinero.

–¿Qué tan menores son esas canciones?

–Las canciones también se desarrollan por sí solas. Hay algunas que son más divulgadas y eso hace que la gente las acepte, pero si veo las letras me parecen muy personales.

“Las canciones tienen esos influjos sonoros que las hacen más asimilables.

A nivel musical, lo que no pretendemos es que a los 60 años, empezando por Joaquín, busquemos ser innovadores o meternos en la vorágine de sonoridades. Sí hay un estilo o sonoridad sabinera.

–Han influido en otros artistas.

–Estoy convencido de eso. Fácilmente Joaquín es un referente. Lo que pasa es que tener esa capacidad de Joaquín al escribir no es tan fácil. Los textos de Joaquín tienen un punto de vida. Hay experiencia, vida y sabiduría. Todo eso en Joaquín.

–¿El cambio de voz?

–A él, como a mí, por la edad, nos va cambiando. Reconozco que ahora Joaquín tiene menos facultades, pero dice mejor las canciones. Les transmite un grado de emoción mayor ahora que hace 25 años. Hoy su voz es rasposa. Abre la boca y su voz es una lija. Sí, se va acercando a la voz de Chavela Vargas. Por la edad, los tres: Joaquín, Pancho y yo, ya somos un poco más indolentes.

Los conciertos serán el miércoles 12 y el jueves 13 de marzo, a las 21 horas. Boletos a la venta en taquillas del Lunario, Auditorio Nacional y Ticketmaster, al 5325 9000.