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El año pasado perecieron nueve personas

Cazadores de pepino de mar arriesgan la vida por $1,000 al día
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 10 de marzo de 2014, p. 31

Dzilam de Bravo, Yuc., 9 de marzo.

La necesidad es cabrona. Por la familia vale la pena arriesgar hasta la vida, asegura Valentín Cutz Aké, pescador y buzo improvisado de pepino de mar.

Como Valentín, 2 mil hombres concluyeron hoy la primera etapa de 13 días (del 25 de febrero al 9 de marzo) de captura del equinodermo, semejante a la estrella de mar, altamente cotizado en Asia y al que se atribuyen propiedades afrodisiacas.

Cutz Aké, oriundo de este puerto, situado 150 kilómetros al oriente de Mérida, tiene 28 años, es casado y padre de tres hijos (de seis, cuatro y dos años). Como pescador gana al día entre 200 y 300 pesos, pero en la caza de pepino de mar puede obtener hasta mil pesos.

Los buzos-pescadores que se dedican a la captura del feo bicho (como llaman al equinodermo) ganan hasta 100 pesos por kilo de pepino de mar; los menos expertos, entre 30 y 40 pesos.

Por eso tuvieron que aprovechar los 13 días de pesca, pese a los riesgos. En ese lapso cuatro pescadores murieron por descompresión. En 2013, en los dos ciclos de captura, sumaron nueve víctimas, casi todas por descompresión.

Para el periodo que concluyó este domingo (el siguiente empieza en agosto o septiembre) la Comisión Nacional de Pesca autorizó a unos 2 mil pescadores yucatecos de 12 comunidades porteñas la captura de 800 toneladas del equinodermo, para evitar la sobrexplotación.

Los empresarios pagan a los pescadores y comercian el producto en el extranjero.

Para la captura del pepino de mar se emplearon más de 500 embarcaciones, la gran mayoría pequeñas, como de cuatro pasajeros. Los pescadores de Dzilam de Bravo, Progreso, Dzidzantún y Celestún, entre otros municipios, se alejan entre 30 y 40 kilómetros de las costas para sumergirse a una profundidad hasta de 20 metros, con el riesgo de sufrir descompresión.

Foto
Pescadores de pepino de mar aprovecharon la recién concluida temporada de captura del equinodermo en Dzilam de Bravo, Yucatán, para obtener un ingreso extra. Algunos buzos llegan a ganar hasta mil pesos al día, pero cuatro murieron por barotraumatismoFoto Luis Boffil

Por cada lancha gastan entre mil 500 y 2 mil pesos, pues se requieren tres litros de aceite, 50 de gasolina, desayuno para cuatro pescadores y otros gastos como sogas, guantes, bolsas y hielo.

En tierra, otras personas que también viven de esta actividad tienen listas calderas, cilindros de gas, básculas, cuartos fríos, agua y sal para deshidratar los pepinos. Se les conoce como sancochadores y su paga depende de la cantidad de equinodermo que obtengan los pescadores.

Adrián Lavadores Euán, de Progreso, comenta que en los recientes 10 días la captura del pepino de mar fue abundante. Cada embarcación trajo como 300 o 400 kilos, pero eso significó que al lo menos dos pescadores tuvieron que hacer de buzos improvisados, sin equipo y con los pulmones trabajando al doble de su capacidad, explica.

Por la falta de experiencia, cuatro personas fallecieron por descompresión. Eran pescadores, no buzos, señala Mariel Jiménez Cetzal, de Río Lagartos, al oriente de Mérida.

Pero la necesidad y el hambre son canijas; hay que salir a pescar y a bucear a pesar de que la vida esté en riesgo, dijo Mario Chay May, quien confesó ser pescador improvisado. Por ganar hasta mil pesos diarios, agregó, la vida no vale nada.