Cultura
Ver día anteriorLunes 4 de agosto de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Está en buen estado, salvo algunas alteraciones superficiales: experto

Someten al monolito del dios de la lluvia a un minucioso proceso de restauración
 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de agosto de 2014, p. 7

La gran escultura de Tláloc que flanquea el acceso al Museo Nacional de Antropología (MNA) desde hace 50 años es sometida estos días a un minucioso proceso de conservación y restauración. Podrá ser vista de nuevo en septiembre próximo.

El emblemático monumento de 167 toneladas y más de siete metros de altura permanece cubierto con malla. Tuvo una primera etapa de restauración en mayo pasado. Ahora los expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) trabajan en el remozamiento de la fuente que rodea y sostiene desde hace cinco décadas al monolito prehispánico.

Nos hemos percatado de que la gente respeta estos monumentos. Tláloc no ha sufrido ningún deterioro vandálico en estos 50 años que lo haya degradado, al contrario, en torno al monolito había algunas ofrendas que estaban entre sus pies y tenía estampas de la Virgen de Guadalupe, explica Sergio González García, coordinador del Laboratorio de Conservación del MNA.

Sin duda, continúa, existe identidad y respeto en torno al monolito. Que la escultura esté ubicada en ese lugar tiene valor para la ciudad, para el país y para los turistas, porque es parte del paisaje urbano y símbolo de identidad nacional.

No pretenden, asevera el especialista, un cambio radical en la apariencia del Tláloc, sino eliminar las causas de deterioro identificadas.

La también conocida como Piedra de Coatlinchán está en buen estado de conservación, salvo algunas alteraciones superficiales relacionadas con el medio ambiente y con la presencia de animales, como las palomas, insectos u otras especies que han hecho sus nidos en la colosal escultura, añade en entrevista el especialista.

La remodelación de la fuente que sostiene a Tláloc incluye la recuperación de su funcionamiento para que el espejo de agua baje algunos centímetros, y así evitar que se moje la escultura y la humedad deteriore la roca. Además, será colocado un sistema que permita monitorear la actividad de fisuras y la posible inclinación de la fuente.

La propuesta de conservación y restauración de Tláloc incluye su limpieza superficial con métodos no invasivos, la eliminación de encharcamientos de agua de lluvia, el tratamiento de fisuras, la intervención del soporte metálico para evitar que se oxide y se debilite, así como el desarrollo y aplicación de un plan de mantenimiento a largo plazo.

Se ha propuesto, dice el restaurador, que cada año se realice una limpieza meticulosa y se observe la escultura para corroborar su estado de conservación.

González García reitera que estos trabajos son parte de las actividades y trabajos que se realizan por los festejos del 50 aniversario del MNA, que se cumplen el próximo 17 de septiembre, y que a la par involucran una conservación integral del inmueble de Reforma, diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (1919-2013).

De la escultura de Tláloc, considerada el quinto monolito más grande del mundo y atribuida a la cultura teotihuacana, se ha efectuado también un registro fotográfico pormenorizado por cuadrante y toma de imágenes con luz rasante de grabados en la parte inferior de la vestimenta de la escultura o maxtlalt.

Participan en los trabajos de restauración el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la Universidad Nacional Autónoma de México, el cual realizará la interpretación de los datos obtenidos del escaneo tridimensional levantado con apoyo de las coordinaciones nacionales de Arqueología y de Monumentos Históricos del INAH.

Aunque se realizarán más estudios del monolito, sin duda se puede afirmar que las principales alteraciones son superficiales; por ejemplo, las variaciones cromáticas, manchas y zonas oscurecidas a causa de los contaminantes provenientes del transitado Reforma, así como la identificación de un par de fisuras, en los orificios de la boca del Tláloc y debajo del tocado, dijo el encargado.

Los especialistas también recurrieron a fotos antiguas para analizar y registrar las fisuras y faltantes de la escultura, además de tomas de muestras de materia depositada en la superficie del monumento (grasa, hollín, polvo y sales) para determinar la mejor manera de eliminarla sin afectarlo.

El equipo de expertos que encabeza González García realizó pruebas de limpieza con agua destilada y cepillo; a la par visitaron Santa Clara, Coatlinchán, en el estado de México, para recolectar muestras de rocas similares a las que fue elaborada la escultura, la cuales servirán para realizar pruebas y elaborar productos para conservar el monolito, que permanecerá en el mismo lugar que lo exhibe desde hace 50 años.

Los especialistas del INAH que realizan la limpieza de la pileta del monolito están reacomodando los adoquines, retirando el agua estancada, tierra acumulada y objetos.

Incluso, se midió la acidez (pH) del agua y el ángulo de inclinación de la fuente, así como la temperatura de la roca en las zonas expuestas al sol y a las que están a la sombra.

Ante la proximidad de los festejos del 50 aniversario del museo, también se están realizando trabajos en otros elementos del recinto, como en la fuente conocida como Paraguas, en la cantera del edificio y en diversas salas; asimismo, se efectúa una limpieza profunda en diversos monolitos y piezas del acervo, puntualiza el especialista.