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Montaje en el foro Fernando Soler, del centro Manolo Fábregas

Locos por el té revela al espectador el caos tras bambalinas del teatro
 
Periódico La Jornada
Martes 12 de mayo de 2015, p. a11

Reír quita las arrugas. La carcajada plancha estrías de tristeza, en un ejercicio que fortalece el músculo del alma, durante una hora y media que dura la comedia Locos por el té, que el pasado sábado festejó su función 200, en el teatro Fernando Soler del Centro Teatral Manolo Fábregas.

Al paso del tiempo algunos actores se van o alternan. El sábado entró para refrescar el elenco Ulises de la Torre, quien con Mejor Teatro trabajó en la puesta Toc Toc. La función fue especial; como padrinos de Ulises asistieron Adriana Riveramelo y Esteban Arce, sus compañeros en un programa de televisión.

Escrita por los franceses Danielle Navarro Haudecoeur y Patrick Haudecoeur, Locos por el  té es una muestra de alta comedia que se estrenó en París en 1990. De inmediato se convirtió en éxito con temporadas consecutivas de 1991 a 1993. Patrick también la actúa; la repuso en 2010 y sigue a la fecha con más de mil representaciones.

La trama versa sobre algunos de los sucesos previos al estreno de una obra de teatro. El público toma asiento y ve la pieza, sin más. ¿Pero quién hizo el vestuario, quién consiguió los objetos que están alrededor de los actores, las pelucas, los bigotes? ¿Los actores  memorizan sin problemas sus parlamentos? ¿El director se las sabe de todas todas? A estas y más preguntas responde Locos por el té.

Actúan (algunos alternan) Susana Alexander, Jack Duarte, Gustavo Egelhaaf, Juan Ignacio Aranda, Cecilia Romo, Ricardo Maza, Claudia Nin, Julio César Luna, Omar Villegas y Lola Cortés.

En entrevista al final de la función, De la Torre expresó: “Estoy contentísimo de estar en esta obra de metateatro. Es divertida la primera parte de la obra en la que los actores no se aprenden el texto y todo es un caos. El show tiene que continuar y estrenan con más caos. Esta obra es muy ligera y sencilla en el sentido de que no regaña al público, ni juzga, ni agrede.

“Es una historia con mucho de verdad. Esta obra invita a despegarse de los conflictos por un rato. La risa es muy buena terapia. El teatro es cultura y ésta no tiene que ser aburrida. Locos por el té es como un truco de magia que enseña cómo se hace.”

Locos por el té es para locos por el teatro. Se presenta en el teatro Fernando Soler del Centro  Teatral Manolo Fábregas (Velázquez de León 31, colonia San Rafael) con funciones los jueves a las 20 horas; viernes a las 19:30 y 21:30; sábados a las 18 y 20:30, y domingos a las 16:30 y 18:30 horas.