Los cantos tradicionales purépechas de los indígenas michoacanos, conocidos como pirekuas; las fiestas de enero de los llamados parachicos de Chiapa de Corzo, Chiapas, y la cocina de Michoacán, conforman las candidaturas que México presentó ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), para su posible inscripción en la Lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad 2010.

El fallo se dará a conocer la próxima semana durante la reunión que sostendrá el Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, en Nairobi, Kenia.

En contraste con las especulaciones que han circulado estos días, la decisión todavía no ha sido tomada.

La lista cuenta ya con 166 propuestas provenientes de 77 países. En esta ocasión, el comité examinará 47 candidaturas de 29 naciones. Para ser inscritos, los elementos deben responder a una serie de criterios, entre los cuales está contribuir a dar a conocer el patrimonio cultural inmaterial y favorecer la toma de conciencia de su importancia.

Los candidatos a la inscripción tienen que justificar también las medidas tomadas para asegurar su viabilidad.

Todos los elementos inscritos deben ajustarse a la definición del patrimonio cultural inmaterial que figura en la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial, además de haber sido propuestos por los estados y contar con la participación más amplia posible de las comunidades.

Precisamente debido a este último requisito, especialistas consideran que son las propuestas en favor de la pirekua (cuyos orígenes se remontan al siglo XIX) y de los parachicos (tradición de casi tres siglos) las que tienen más probabilidades de ser inscritas, ya que la candidatura de la comida michoacana no incluye otras ricas expresiones gastronómicas de las diversas regiones de México.

Los debates de los expertos de la UNESCO también deberán valorar la cocina francesa y mediterránea, candidatura presentada conjuntamente por España, Italia, Grecia y Marruecos.

En 2008, las festividades de Día de Muertos que se celebran en todo el país ingresaron a esa lista del organismo internacional, mientras el año pasado fueron elegidas la ceremonia ritual de los voladores de Papantla, así como los lugares de memoria y tradiciones vivas de los otomíes-chichimecas de Tolimán, en la Peña de Bernal, Querétaro.