Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 8 de octubre de 2006 Num: 605


Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Memorias de un brasileño
ANDRÉS ORDÓÑEZ
Entrevista con CARLOS LYRA
La enfermedad como casa y escritura
ARNOLDO KRAUS
El año Freud
TERESA DEL CONDE
Marin Sorescu: descubrir el mundo
NEFTALÍ CORIA
La agencia espacial mexicana
NORMA ÁVILA JIMÉNEZ
Duchamp en México
EVODIO ESCALANTE
Lo que el viento a Juárez
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Mujeres Insumisas
ANGÉLICA ABELLEYRA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Teatro
NOÉ MORALES MUÑOZ

Señales en el Camino
MARCO ANTONIO CAMPOS


Directorio
Núm. anteriores
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Norma Ávila Jiménez

La agencia espacial mexicana


Ilustracion Juan G. Puga

"Como nada se opone a la suposición de que en los incontables planetas y soles haya líneas y formas y colores, nos está permitido conservar una cierta serenidad optimista, pensando en la posibilidad de que algún día podremos pintar bajo condiciones de existencia diferentes y mejores [...] La ciencia me parece una herramienta que en lo futuro puede ir más lejos", escribía en una carta Van Gogh a a Emile Bernard, a fines del siglo xix, en la cual queda manifiesta su idea de que algún día la humanidad se instalará en lugares extraterrestres. Eso no está lejos: ya se preparan viajes tripulados a Marte y de nuevo a la Luna, así como el envío de naves sonda a diversos planetas y satélites.

Como la realización de esas misiones implica el desarrollo de tecnología de punta y, por lo tanto, presupuestos elevados, en muchas ocasiones especialistas y agencias de diversos países unen esfuerzos para alcanzar las metas. "México no puede quedar fuera de la repartición del pastel", asegura el ingeniero Fernando de la Peña, quien trabajó más de dos años en el Centro Espacial Johnson de la nasa y ha sido promotor de la Agencia Espacial Mexicana, cuya conformación se ha aprobado en la Cámara de Diputados y próximamente será tema a discutir en la Cámara de Senadores.

Poco se ha difundido acerca de la historia de las actividades espaciales nacionales, cuyo inicio, aunque parezca increíble, se remontan a 1949, en el Instituto de Geofísica de la unam, y en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que contaba con un equipo de constructores de cohetes que comenzaron a lanzar diez años después. Por decreto presidencial, en 1962 se creó la Comisión Nacional del Espacio Exterior –que duró hasta 1976–, mientras que en la unam, el Departamento de Estudios Espaciales comandado por Ruth Gall, se integró para investigar el Sistema Solar y dotar al país de expertos capaces de tomar decisiones ante la utilización mundial del cielo con fines científicos, militares o económicos, entre otros objetivos.

Los especialistas nacionales no querían quedar rezagados en la carrera hacia el cosmos, artísticamente reflejada en los lienzos de Tamayo, Hombre en el espacio y Dos mujeres en el espacio, en los cuales la nave y los humanos se funden, son una sola esencia dirigida al universo, o en Torso de hombre, en el que el módulo lunar Águila forma parte del personaje.

Más adelante, el 25 de enero de 1990 se daba a conocer a los medios la creación del Programa Universitario de Investigación y Desarrollo Espacial (puide), dirigido por el doctor Arcadio Poveda. Uno de los proyectos principales fue la construcción de un microsatélite que registraría la entrada de cierto tipo de meteoritos a la Tierra, así como su velocidad, explica Gianfranco Bisiacchi, último director del puide. El cohete ruso encargado de ponerlo en órbita explotó en su tercera fase y lo destruyó. Afortunadamente se contaba con su gemelo, que fue lanzado un año después, y aun cuando a los ocho meses se perdió contacto con éste, el doctor Bisiacchi considera que se logró un éxito: "Los rusos tuvieron que hacer varios Sputniks antes de que les funcionara el primero, y lo mismo sucedió con los Apollo norteamericanos." Sin embargo, por esto y otros motivos, el puide fue cancelado en 1997.

Pero aun cuando se cierren ventanas, la humanidad no puede dejar de ver al cielo, tal como lo señala Ovidio en las Metamorfosis, en donde describe la creación del hombre con un rostro levantado, para poder elevar los ojos. Por ello vuelven a abrirse brechas, y nueve años después está a punto de crearse un organismo que aglutinará a expertos de varias instituciones para integrarse a la ruta internacional hacia el cosmos. De ser aprobada, la Agencia Espacial Mexicana tendrá básicamente tres objetivos, subraya Fernando de la Peña: el primero consiste en hacer un seguimiento y brindar apoyo a los programas ya existentes, como el de construcción de cohetes o satélites. Un ejemplo de esto último es el satélite en el que trabaja el doctor Bisiacchi junto con especialistas de los institutos de ingeniería y geofísica, así como de la empresa rusa lki y del Instituto Aeronáutico de Moscú, y que será capaz de pronosticar terremotos y su intensidad, con cuatro o cinco días de anticipación. Cuando va a ocurrir un temblor se producen modificaciones en el campo electromagnético de la Tierra, explica Gianfranco Bissiacchi, estas modificaciones provocan alteraciones en la capa de la atmósfera llamada ionósfera, y es lo que registrará el satélite.

El segundo objetivo está dirigido a la firma de convenios con diversas agencias para participar en proyectos como la conclusión de la Estación Espacial Internacional, y llevar a cabo experimentos en ésta, o pisar el planeta rojo, asegura el ingeniero de la Peña: "Durante este año y el que viene se estructurarán proyectos de exploración espacial para los próximos veinte años, y es importante que México participe; es necesario hacer pequeñas aportaciones para lograr intercambio tecnológico."

El impulso a la formación de recursos humanos especializados es el tercer objetivo: "El desarrollo del pegamento tipo cola-loca o la fibra de carbón son, entre otros, productos resultantes de la tecnología utilizada en actividades aeroespaciales; por lo tanto, es trascendente que los expertos de esas actividades diseminen su conocimiento a empresas diversas", enfatiza.

En términos futbolísticos, esperemos que con la Agencia Espacial Mexicana sí se pase de octavos de final a la siguiente ronda. Ya ha habido varios intentos para que México se incorpore a los proyectos internacionales espaciales, y por diversos motivos, entre ellos la falta de confianza en nuestros científicos, se han cancelado. Hay que apoyarlos, motivarlos para que tiren bien los penales.